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Mucha emoción y sinceridad

Tuve oportunidad de asistir a la fiesta de fin de curso que organizara la comunidad educativa de la Escuela Provincial N 123 de Carmen del Sauce, y realmente nunca hubiera imaginado que iba a participar de un acto tan emotivo, lleno de sinceridad, simpleza, y al mismo tiempo profundidad en el mensaje que los docentes quisieron hacer llegar a todos los presentes, especialmente a los niños que pasaban del preescolar al primer año y a los ya adolescentes que terminaban su ciclo de educación básica o decidían continuarlo en otro establecimiento. Carmen del Sauce, población muy pequeña en número de habitantes, pero muy rica en historia, debe sentirse legítimamente orgullosa del excelente nivel de sus docentes y fundamentalmente de la generosa entrega llena de amor que, adornando el discurso de la maestra Karina Massa, nos llenó de profunda emoción. En estas épocas de tanto materialismo, de tanta crisis en los valores éticos, de tantas dificultades en lo económico, escuchar las sentidas palabras de despedida de una maestra de campo, realmente nos reconfortan y nos confirman en aquella idea sarmientina de que solamente educando al pueblo podremos mejorar nuestro sistema democrático de vida. Que no es con leyes donde se encuentran las soluciones, sino en el ámbito de la cultura, de la educación. De allí que quiero hacer públicas mis felicitaciones a la directora señora Adriana Masneri y a todo el personal de la escuela, porque nos dieron un testimonio auténtico de compromiso con el proceso de enseñanza-aprendizaje. En la sonrisa de cada uno de los alumnos fue posible comprobar que el lema convocante para la reunión se había hecho realidad: "Que cada niño crezca feliz, como un testimonio del triunfo de la vida".
Víctor Ramón Corvalán