 |  | cartas ¿Todavía buscamos al restaurador
 | Por momentos pareciera que en vez de empezar el 2003 estamos en 1830, ya que todavía buscamos al restaurador de las leyes. En un mensaje que ya dejó de ser subliminal, los factores de poder en la Argentina insisten con la necesidad de un hombre providencial. Están los que apuestan a una persona del sector económico, otros del sector político y por qué no, existen los que desean un militar. En un plan perfectamente orquestado y financiado, todos coinciden en mantener al ciudadano en un personalismo dependiente. No hace mucho un dirigente político en las postrimerías de su vida, dejó dos frases, que ni sus más cercanos seguidores revalidan: "La organización vence al hombre", "el hombre puede ser bueno, pero si se lo controla es dos veces bueno". Estas palabras son una indicación más de que los hombres providenciales no sirven si no existen formas de controlarlo; máxime cuando tiende al mesianismo o a la hegemonía. La Argentina necesita de los argentinos, pero no para cubrir con su patrimonio los disloques del administrador de turno; necesita que el argentino comience a preocuparse por la administración política de su patrimonio común. Es hora de entender que la solución está en nuestras manos. No sigamos colocando votos anulados ni en blanco, está demostrado que eso favorece a los mismos partidos. Hace un año que la gente se sigue reuniendo en asambleas barriales y demostró de mil formas distintas su repudio a la clase política actual. ¿Cuál fue el resultado? Es necesario educarse políticamente y formar partidos que nos representen. Para aquellas personas que opinen en este sentido estamos en [email protected] Julio R. Sánchez
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