Salvador Di Stéfano
El gobierno nacional nos está llevando lentamente a una economía planificada, en la cual habrá un control tan estricto que nos terminará fijando la cantidad de carcajadas y lágrimas diarias a las que tendremos derecho. Por otra parte, el ministro de Economía pretende, bajo el ropaje de concertación de mercado, aplicar un control de precios que terminará en un mercado negro de los productos bajo control. Primero controló los precios de las tarifas públicas, y todos creíamos que en algún momento habría una flexibilización de los mismos, luego siguieron con el precio de los combustibles y ahora van por los productos de la canasta básica familiar. El método para poder controlar los precios de los productos primarios son las retenciones a la exportación, buscando incrementar las alícuotas para poder tener múltiples beneficios y un gran perjuicio. Los múltiples beneficios (a los ojos del gobierno) son que un aumento en las alícuotas de las retenciones llevan a una mayor recaudación fiscal y una caída en el precio de los productos en el mercado. Sin embargo, el gran perjuicio es que las mayores retenciones desalientan a las actividades económicas ligadas a la exportación. Por ende, se cae la inversión y la potencialidad de crecimiento a futuro. Un párrafo aparte merece el sector agropecuario ya que hasta ahora las retenciones pasaron desapercibidas por el aumento en el precio de los granos y oleaginosas, pero una mayor carga tributaria afectará la ecuación económica y, en el caso que se produzca un retroceso en los precios, el campo pasará de ser uno de los sectores ganadores a un sector saqueado por la voracidad fiscal del Estado y sin posibilidad de rentabilidad a futuro. Todas estas medidas económicas están llevando a que los agentes económicos busquen la alternativa de salvarse a cualquier costo. Así notamos que cada vez hay menos cuentas corrientes, el dinero circula de mano en mano y se trata de omitir su paso por las entidades financieras. En este escenario, la economía oculta, informal o en negro crece a pasos agigantados, lo que potencia un problema a futuro para el gobierno, ya que en una economía informal no se recaudan impuestos, y por ende no se puede financiar el gasto público. El escenario para el primer trimestre del año es: * Mayor control de precios, inflación acotada, tipo de cambio en la brecha 3,40-3,60 y caída en la actividad económica. * La mayor presión tributaria implicará inseguridad fiscal, lo que no alentará inversiones. Argentina entra en letargo. * El gobierno piensa cambiar la carta orgánica del BCRA para limitar el ingreso de capitales. Parece una broma pero se toman medidas para expulsar a los inversores. Hay huida de capitales y el gobierno estudia controles al ingreso de fondos. * La Bolsa seguirá con Merval en torno a los 500 puntos ya que, como habrá un salto en los precios de enero y febrero, las entidades ofrecerán tasas de interés que irán entre el 2% y 3% mensual. Estas tasas serán neutras frente a la inflación pero muy positivas en términos de dólares ya que el precio de la divisa estará controlado en una banda de precios muy estrecha. * En toda economía planificada crece el mercado negro, lo mismo que ocurre en la actualidad. El gobierno se saca la careta y quiere controlar todo. * El euro está a 1,05 dólar y ya se recomendaba como inversión cuando estaba debajo de un dólar. Las tasas de interés en dólares en el exterior están en el 1% anual. Quien ganó, sería bueno que haga alguna toma de ganancia parcial y se lleve unos pesos al bolsillo. El que todavía no entró, deberá esperar el retroceso.
| Lavagna quiere recaudar más subiendo la alícuota. | | Ampliar Foto | | |
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