Año CXXXVI
 Nº 49.713
Rosario,
domingo  05 de
enero de 2003
Min 18º
Máx 24º
 
La Ciudad
La Región
Política
Economía
Opinión
El País
Sociedad
El Mundo
Policiales
Escenario
Ovación
Suplementos
Servicios
Archivo
La Empresa
Portada


Desarrollado por Soluciones Punto Com





Análisis político
El viejo truco del conejo y la galera

Jorge Sansó de la Madrid / La Capital

Los magos se inclinaron por conejos porque a diferencia de los ramos de flores que se quiebran y marchitan dentro de la galera (y ninguno con nivel las usaría artificiales) estos animalitos son maleables, dóciles, se los aprieta en la manga y se los estira de las orejas al sacarlos. Ellos encima se mueven y completan la ilusión que deja al público extasiado.
"Hay algunos que piensan que en vez de desgastarse en las internas es mejor para todos ir a elecciones directas, eliminando el proceso previo y donde cada competidor, en vez de estar menospreciando al rival, proponga qué hacer por medio de la ley de lemas. Esta es una situación de emergencia, algo inédito, que haría factible recurrir a ese sistema. En la primera vuelta puede haber una gran dispersión de votos, pero luego se hacen acuerdos para competir en el ballottage", dijo el gobernador Carlos Reutemann el 14 de agosto de 2002 al salir de la clínica Mapaci luego de una curación postoperatoria en su pie.
Aunque seis meses atrás entre los peronistas ya se hablaba de apelar a una ley de doble voto simultáneo, ninguna voz tan potente como la de Reutemann había avalado hasta el momento semejante idea. Se da por descontado que el mandatario no se limitó a expresar en voz alta un pensamiento repentino. La edición de este diario del 15 de agosto pasado, que retrató a un Lole con el pie enyesado apoyado en muletas en la puerta del aludido nosocomio, destacó: "Parecía tener una idea fija y siguió explayándose sobre el tema, casi en el mismo momento en que duhaldistas y menemistas se batían en otro duelo verbal por los decretos de convocatoria a elecciones".

Un tema en debate
Esa sorpresiva intervención del santafesino otorgó tal entidad a la cuestión que no sólo la encaramó en primer lugar de la agenda política nacional sino que dio lugar a un nutrido debate que duró varios días en el que todos los sectores reaccionaron de un modo u otro. Desde el oficialismo hubo legisladores que presentaron en el Congreso sendos proyectos de ley, desde la oposición se puso el grito en el cielo y desde el gobierno se tomó distancia: el 16 de agosto el bloque de senadores nacionales del peronismo visitó a Duhalde en Olivos y durante la reunión se analizó la idea. El presidente defendió efusivamente su iniciativa de convocar a internas abiertas y simultáneas y desechó con el mismo esmero una ley de lemas.
Reutemann ya llevaba un mes de haber dado su primer no oficial y formal a una eventual candidatura presidencial de su parte y su distanciamiento con el menemismo era evidente. Pero ahora aparecía enfrentado con la idea presidencial de las internas aunque a la postre lo suyo resultaría sumamente funcional a las necesidades de Duhalde.
No hay nada mejor para revalidar lo malo conocido que amenazar con lo bueno por conocer, máxime si la oferta proviene de aquellos a quienes se desconfía. La oposición reaccionó contra la ley de lemas de tal manera que al cabo de una semana, las internas abiertas y simultáneas no eran ya una idea sospechosa emanada de la Casa Rosada sino aceptada, es decir impuesta. Queriéndolo o no, Reutemann había dado al presidente una herramienta valiosa. En boca de uno de sus principales dirigentes, el más buscado por el gobierno, el más temido electoralmente por la oposición y a quien las encuestas daban como el mejor visto de todos los peronistas por la ciudadanía, la ley de lemas dejaba de ser una idea loca y pasaba a ser un asunto de atención. Venida además de un gobernador que había accedido desde afuera a la política mediante ese sistema cuya aplicación en Santa Fe tenía una década de experiencia. Para el contexto nacional, como pasó, no importó que en la provincia hoy sólo el justicialismo la sostenga mientras todos los demás partidos la rechacen. En todo caso quienes repararon en el detalle tuvieron otro motivo más para deducir que la amenaza podría venir en serio.
Límites adentro la dirigencia opositora santafesina no tuvo espacio para errar su interpretación. Cualquiera que abrigara la ilusión de que el justicialismo se aviniera a discutir la derogación de la ley de lemas provincial debía desengañarse definitivamente ante un Reutemann que ofrecía extender "sus efectos benéficos" a todo el país. Quedaba claro que no la propondría como solución nacional y la desecharía por ineficaz en la provincia. Tal como pasó.
En aquella oportunidad Reutemann dijo algo más: "Lo que me preocupa es la dificultad para pasar la interna justicialista: es muy desgastante, se están haciendo bolsa todos. Nadie propone cosas serias, nadie dice qué es lo que piensa hacer con el país".
"Yo logré entrampar a Usandizaga", fue la interpretación que alguna vez hiciera el ex gobernador Víctor Reviglio al recordar en confianza las alternativas del acuerdo que sellara con el líder radical provincial, entonces aspirante a sucederlo en la Casa Gris. Fue una clara alusión de cómo el peronismo aprovechó en la provincia de Santa Fe la necesidad de la oposición de salir de una interna feroz para solucionar su propio problema de desprestigio que, como se admitía en sus filas, parecía condenarlo a la expulsión del poder. Usandizaga quiso salir por arriba del laberinto en que lo había metido su enfrentamiento con Luis Changui Cáceres castigándolo con perder toda injerencia interna, pero también él quedó prisionero de ese grillete que le puso a su adversario partidario. Los peronistas saldaron su carencia propia importando una cara: la del Lole que dejó a los radicales mirando la Casa Gris desde afuera durante todos los noventa y hasta ahora. Con Usandizaga, el radicalismo de todo el país gastaba a cuenta de sumar a Córdoba, la otra provincia grande (fuera de Buenos Aires), e iniciar una recuperación de los espacios que en 1989 les había barrido el triunfo de Carlos Menem, por lo que la victoria de Carlos Reutemann y con éste el debut de ley de lemas provincial, fue una decepción generalizada.

Reacciones enojosas
De no haber mediado el Pacto de Olivos que contrariando toda lógica facilitó a Menem su reelección en 1995, el entendimiento con Duhalde que -dicen- no fue poca cosa en la caída de De la Rúa y no la es en el sostenimiento actual del presidente, se podría afirmar que los radicales jamás prestarían acuerdo legislativo para la sanción de una ley de lemas en la Nación. De hecho hace seis meses, cuando Reutemann tiró la idea al ruedo, reaccionaron enojosamente. Tanto como en estas últimas horas que se sucedieron a la decisión de la mesa del congreso nacional peronista que instruyó a sus propios diputados y senadores para que, en tiempo perentorio, den luz a una ley de lemas cuyo proyecto fue anexado al acta firmada por los representantes de todos los sectores de ese partido que se reunieron el viernes en Buenos Aires y que en lo específico -sólo se refiere a la elección de presidente y vice- es una copia fiel de la ley que rige en la provincia de Santa Fe.
El reciente 26 de diciembre ensambló tres hechos significativos. Dos de coincidencia sorprendente como puede leerse en el diario en la edición del 27. El primero de ellos es que el PDP, como después haría el socialismo, recurrió a la Corte Suprema de Justicia de la Nación para que declare inconstitucional la ley de lemas en la provincia de Santa Fe.
Los restantes fueron la decisión de la jueza María Servini de Cubría de suspender el escrutinio de la interna radical ya convertida en un escándalo bochornoso entre denuncias de fraude y reclamos de triunfos recíprocos que se prodigaban en ese momento los candidatos Leopoldo Moreau y Rodolfo Terragno y otra irrupción sorpresiva de Carlos Reutemann: "Lo histórico es que el PJ dirima sus internas por medio de elecciones, a las que ahora se les agregan los independientes. Yo mantengo mi posición, y creo que el PJ tiene que definir su candidato el 23 de febrero (...) cualquier artilugio que se esté buscando para desviar la participación de afiliados e independientes en lo que se refiere a la elección del candidato justicialista generará un conflicto de magnitud y puede llevar a una fractura partidaria y a una situación imprevisible", dijo. Ahora Reutemann advertía que su partido podría partirse pero que ello generaría una situación "imprevisible" en el país. Un dato que no podía pasar desapercibido a nadie y menos a quienes denunciaban que los peronistas tenían al país de rehén de su interna.

Volver a empezar
El 29 de diciembre, en declaraciones radiales y en una entrevista que publicó un matutino porteño, Duhalde consideró que "al contrario de lo que opina (Carlos) Reutemann, la interna puede poner en riesgo al PJ, porque (Carlos) Menem quiere la interna, pero (Adolfo) Rodríguez Saá dice que habría fraude. Por primera vez usted no puede sentar a los candidatos a una misma mesa -continuó-. Hay que ver cómo evitar una ruptura real. Una denuncia de fraude puede fracturar, los candidatos irían por afuera" y dijo que "no habría riesgo de utilizar el sistema de lemas, que no es nada nuevo, nada raro. Para momentos de dificultades como el que viven los partidos políticos, (la ley de lemas) ayuda a que no haya más enfrentamientos".
El viernes pasado, los menemistas representados por Juan Carlos Romero en la mesa del congreso partidario se conformaron con agregar la última línea del acta acordada "sin perjuicio de ratificar el proceso y cronograma electoral interno vigente". Dejaron así en claro que moverán poco y nada por lograr el consenso legislativo requerido. Por lo que la tarea de convencer a los radicales deberá ser del duhaldismo y sus aliados. Si no consiguen el consenso se vuelve a la interna. El duhaldismo aceptó, al menos si fracasa habrá logrado un poco más de tiempo para conseguir posicionarse en la interna frente a Menem.
La ley de lemas, que declara en su primer artículo la "emergencia política e institucional", en el tercero y sexto repite las mismas palabras: "La elección de presidente y vice se efectuará en forma directa y a simple pluralidad de sufragios" para evitar chocar con la Constitución nacional que establece esa fórmula para tal designación e intentar coartar de antemano los reclamos de inconstitucionalidad que se sucederán. Legisla en el segundo que "se suspende sin término cualquier convocatoria a elecciones internas efectuadas por los partidos políticos para elegir candidatos a presidente y vice; o anúlase las ya efectuadas por la aplicación de la emergencia declarada en el artículo 1º". Lo que se dice una solución a la medida del radicalismo al que se le ofrecería la salida de su entreverada interna como por arte de magia, haciéndola desaparecer y permitiéndoles a Moreau y Terragno ser candidatos.
La gracia del acto en el que el mago saca un conejo de la galera no es saber que es siempre el mismo conejo sino que cada vez parezca distinto y el público se lo crea. En eso los peronistas son unos habilidosos prestidigitadores, aprendieron que para tener conejos primero hay que sembrar zanahorias.



El Lole anticipó que la ley de lemas se "nacionalizaría".
Ampliar Foto
Diario La Capital todos los derechos reservados