Año CXXXVI
 Nº 49.713
Rosario,
domingo  05 de
enero de 2003
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El viaje del lector
Bahía, la tierra brasileña de la felicidad

Ariel Fernández

Bahía es uno de los más bellos paraísos tropicales al sur del Ecuador. La "tierra de la felicidad", como se lo conoce al estado, ofrece numerosas atracciones turísticas, destacándose especialmente el inmenso litoral, el más extenso de Brasil, con alrededor de 1.000 kilómetros de bellísimas playas. Además, repartidas por el interior del estado, hay montañas, grutas y cavernas, lagunas subterráneas, cascadas y parte de la mata atlántica, una floresta con la mayor biodiversidad del planeta. En Salvador, capital del estado, se encuentra el Pelourinho, un conjunto de incalculable valor histórico y arquitectónico, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
Actualmente, Bahía es un estado preparado para recibir sus visitantes. Diariamente parten de los Estados Unidos y Europa vuelos con destino a Bahía, que cuenta con tres aeropuertos internacionales y otros para vuelos nacionales y regionales. También posee una moderna red rodoviaria.
Para los que conocen el sur de Brasil al llegar a Bahía comprenderán que el nordeste es el verdadero país, con su patrimonio histórico y cultural y sus grandes contrastes donde es posible ver gente durmiendo en las calles junto con barrios y edificios de una increíble belleza.
En época de carnaval la ciudad se viste de fiesta y todos se preparan para bailar durante toda la noche al ritmo de la música que viene de grandes camiones que transportan a los grandes cantantes que a dado esta ciudad (Caetano Veloso, Gilberto Gil, Daniela Mercuri, entre otros).
También es para destacar la belleza de las mujeres bahianas con sus trajes típicos y a los jóvenes bailando capoeira, un baile mezcla de danza y arte marcial, que asombra por la plasticidad de movimientos.
La ciudad tiene 365 iglesias, una para cada día del año, con imponentes paredes cubiertas de oro. La más conocida es la de nuestra Señora de Bomfin.
La arquitectura de Bahía también tiene contrastes, hay edificios que reflejan los distintos períodos de ocupación. Tanto holandeses como portugueses han dejado señales de su paso por esta ciudad.
Muy cerca de Salvador se encuentra Itaparica, una isla que resume la belleza natural, con aguas cristalinas y abundante vegetación.
Seguramente serán necesarios varios viajes para terminar de conocer esta tierra tan rica en tradición, historia y cultura.



La ciudad tiene 365 iglesias con paredes cubiertas de oro
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