Año CXXXVI
 Nº 49.713
Rosario,
domingo  05 de
enero de 2003
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La Pampa: Un fortín histórico
Naturaleza, arquitectura criolla e históricas leyendas en las 300 hectáreas de la estancia Villaverde

Rita Souble

En la estancia Villaverde convergen la naturaleza típica de La Pampa, la arquitectura criolla de los viejos establecimientos de campo y mucho de la historia de esas tierras, entre ellos un fortín, el Huitrú, que acaba de ser declarado de "interés turístico" por la Secretaría de Turismo de la Nación.
La estancia Villaverde fue reconocida el 8 de diciembre de 1992 como la primera estancia turística de La Pampa. El establecimiento abarca unas trescientas hectáreas, muy cerca de la ciudad de Santa Rosa, donde muchos turistas se detienen para recorrerla y conocer su historia. Para ello tienen que avanzar bajo la sombra de eucaliptus gigantes, árboles que flanquean el camino entre la tranquera y el casco principal. Y allí, en el medio de la pampa, donde sólo corta el silencio el canto de los pájaros y el grito de los teros, emergen las ruinas, ahora reconstruidas, del fortín histórico Huitrú.
Con el asesoramiento de historiadores pampeanos, el fortín, que fuera defensa militar en 1870, se reconstruyó a cinco kilómetros de la rastrillada indígena. Está integrado por un mangrullo, comandancia, rancho de tropa, pozo de agua, horno de barro y un cañón, además de un cerco de palos a pique. Los que se animan a subir una escalera de diez metros llegan hasta el mirador del mangrullo, desde donde se tiene una magnífica vista de la llanura pampeana. Allí es posible retroceder en el tiempo para imaginar cómo era la tarea de los vigías, alertas a descubrir entre la polvareda la llegada de los malones indios.
Carretas antiguas
Junto al fortín hay tres carretas de comienzos del siglo pasado, y en toda la estancia se encuentran varios autos antiguos, además de un Landeau francés, una Cabriolet americana, dos sulkys, una chata rusa de paseo y un carro carnicero-lechero, que ahora se usa para llevar a los contingentes escolares.
Allá por 1935, Juan Fernández Lorences, padre y abuelo de los actuales dueños, los Fernández Zamponi, le compró la estancia a la familia del presidente Farrel, tierras que antes habían pertenecido a don Felipe Centeno, quien fue gobernador del entonces territorio de La Pampa.
También dentro de la estancia se encuentra el santuario de Santa María de La Pampa, una imagen que el obispo pampeano, monseñor Adolfo Brédice, entronizó por primera vez en un predio rural el 22 de septiembre de 2000. La virgen, madre de todos los pampeanos, está en una ermita, cerca del fortín Huitrú.
La fe católica de sus dueños también se evidencia en la capilla San Marcos, levantada en honor al patrono de la naturaleza, y que es además el nombre del progenitor de la familia.
Junto al santo hay imágenes de Santa Teresa de Jesús y de la Virgen de Covadonga, además de una rústica cruz de caldén, un Vía Crucis traído del Vaticano y una pintura de San Antonio de Padua, que tiene 140 años.
El casco principal tiene el clásico techo a cuatro aguas y muchas galerías, además de doce habitaciones y una suite ejecutiva, donde los huéspedes encuentran desde hidromasajes y buena climatización hasta los más modernos medios de comunicación.
Muchos de los muebles son verdaderas reliquias de las familias que habitaron la estancia, entre los que se destacan las pesadas cómodas de nogal con lunetas biseladas, además de arañas de cristal, camas de bronce, sillones franceses y percheros de Viena.
Es interesante conocer la vajilla de época y los adornos exquisitamente combinados con los tonos pastel de las alfombras, en tanto que los muebles de los jardines son de la "belle epoque".
La oferta turística de la estancia Villaverde se completa con un salón panorámico que tiene una glorieta ideal para realizar fiestas y congresos, y con una cocina con equipamiento industrial, además de fogón criollo, con capacidad para 600 personas.
Y como en todo establecimiento de campo, en la estancia Villaverde se realizan cabalgatas, se puede ver el trabajo de la yerra, nadar en la piscina y salir de safaris fotográficos en los viejos carruajes. Disfrutar de un asado bien hecho, de buen vino y del infaltable mate de la tarde con crujientes tortas fritas, bajo la sombra de los caldenes. Para más información contactarse con los teléfonos (02954) 438764 y 430295.



Villaverde fue reconocida en 1992 como estancia turística.
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