Año CXXXVI
 Nº 49.713
Rosario,
domingo  05 de
enero de 2003
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Escándalo por copias no autorizadas de Botero
El pintor colombiano manifestó su indignación por la venta de reproducciones de sus obras en Miami

La venta en Miami de copias no autorizadas de obras del pintor colombiano Fernando Botero se ha transformado en un escándalo, según informó ayer el diario "El Nuevo Herald".
En una entrevista, el pintor declaró su enojo por la misteriosa copia y posterior venta de reproducciones no autorizadas en el mercado de Miami por una empresa estadounidense.Las copias en tinta sobre tela se vendieron con certificados de autenticidad que llevaban el sello del Museo de Antioquía, en Medellín, y una copia de la firma del afamado artista, quien asegura que jamás aprobó la transacción.
"Me han causado un daño moral inmenso, porque han atentado contra mi obra artística, contra lo que construí a lo largo de toda mi vida", declaró Botero.
"Les di la mano y se tomaron no uno de mis brazos, sino los dos. Es un atropello", agregó.
La empresa Art Brokers USA, con sede en Boca Ratón (Florida), comenzó a mediados del año a comercializar en Estados Unidos la Donación Botero de 116 pinturas valoradas en 200 millones de dólares que el artista había hecho en el 2000 al Museo de Antioquía.
La empresa defiende la transparencia de su gestión con una carta notariada del Museo que, presuntamente, cedía los derechos de explotación a Publix Bates, la compañía colombiana que la subcontrató y que, según dicha certificación, tenía poderes para "diseñar, producir, vender, asignar y negociar bienes y servicios asociados a los derechos e imágenes de la colección".
La directora del Museo de Antioquía, Pilar Velilla, aseguró que la carta certificada no implicaba la cesión del derecho de explotación, sino de exploración, y que el desarrollo de cada producto debía ser previamente aprobado por la entidad.
Por su parte, el director de Publix Bates, Alvaro Vargas, alega que el Museo lo autorizó para comercializar en Estados Unidos los trabajos de Botero, y como prueba afirmó que el Museo despachó mercancía destinada a la exportación y autorizó a tomar fotos de las pinturas originales para realizar las reproducciones.
Botero declaró a su vez que desconocía esas presuntas transacciones que abrieron las puertas para la venta de obras sin su consentimiento. (DPA)


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