Caracas. - Miles de simpatizantes del presidente de Venezuela, Hugo Chávez, marcharon ayer por las calles de Caracas, al día siguiente que enfrentamientos violentos dejaron dos muertos y elevaron las tensiones desatadas tras 34 días de un paro general que exige la renuncia del mandatario. La manifestación en la capital venezolana se desarrolló pacíficamente, contrastando con la batalla de tiroteos, bombas lacrimógenas, perdigones y piedras entre policías, militares y manifestantes que el viernes se desató en el punto de llegada de una marcha de decenas de miles de opositores a Chávez. El gobierno y la oposición culpan al bando contrario de ser responsable de la muerte de dos de los seis hombres que fueron baleados mientras participaban en la manifestación, y de las más de 20 personas heridas en un sorpresivo tiroteo cuyo origen aún no ha sido determinado por los cuerpos de seguridad. Con consignas como "!Uh, ah, Chávez no se va!" y "!Cárcel a los golpistas!" promotores del paro, los chavistas condenaron la violencia, de la que culpan a los opositores, a quienes califican de "terroristas". Los chavistas, levantando sus boinas rojas -símbolo de la "revolución que dice impulsar Chávez a favor de la mayoría pobre del país de 23 millones de habitantes- y ondeando la bandera tricolor de Venezuela hicieron al final de la marcha un minuto de silencio en honor a los caídos. Grupos de miles de opositores por su parte salieron a las calles de varias ciudades del país petrolero sudamericano, tal como lo han hecho diariamente desde que iniciaron el "paro cívico nacional" el 2 de diciembre. En Caracas, centro de masivas concentraciones que han clamado la renuncia de Chávez, declararon luto y se dedicaron a culpar de las muertes del viernes a las "hordas chavistas" que dicen están financiadas y entrenadas por el gobierno para atacar a las manifestaciones opositoras. "El gobierno busca crear un clima de violencia política para ver si aplica en un momento determinado un estado de excepción", dijo el líder opositor, Timoteo Zambrano. Chávez dijo el viernes que pudiera verse obligado a declarar el estado de excepción, que implica la suspensión de algunas garantías constitucionales, lo hará. Aunque aclaró que de momento no están dadas las condiciones. Las tensiones han aumentado progresivamente, generando temores de que la situación en las calles empeore y desate una ola de violencia indetenible en el país, que a causa del paro vive una inédita escasez de combustible y algunos alimentos. Conjuntamente con el paro, la oposición se declaró en desobediencia tributaria y ayer anunció el inicio de una campaña por el "sí" en un referendo consultivo convocado para el 2 de febrero y que preguntará si creen que Chávez debe renunciar voluntariamente y de manera inmediata. Chávez no acepta el referendo consultivo, argumentando que es inconstitucional y que la única forma de sacarlo del poder es por medio de otro referendo revocatorio, contemplado en la Constitución, y que puede convocarse a partir de agosto, una vez cumplida la mitad de su gobierno. (Reuters)
| Los partidarios de Chávez protestaron contra el paro. | | Ampliar Foto | | |
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