Gaza. - Fuerzas israelíes respaldadas por helicópteros artillados combatieron ayer a hombres armados en campos de refugiados en Gaza, tras matar a cuatro palestinos que según el ejército se dirigían a atacar asentamientos judíos. En otro incidente, la policía informó de la muerte de un palestino armado que irrumpió en una casa en la localidad israelí de Maor, a cinco kilómetros de Cisjordania. El ejército dijo que envió tropas de infantería y vehículos blindados apoyados por helicópteros de asalto a los campos de refugiados de Nusairat, Bureij y Maghazi, en el centro de la Franja de Gaza, como parte de su "continua batalla contra el terrorismo". Los campos son bastiones de militantes palestinos, que han librado una insurrección por la independencia durante más de dos años.
Empleados del servicio de ambulancias dijeron que varios palestinos resultaron heridos antes de que las fuerzas israelíes se retiraran de Nusairat y Bureij tras una operación nocturna de dos horas. El miércoles por la noche, las tropas israelíes mataron a tres adolescentes palestinos, que según el ejército habían tratado de atacar un asentamiento judío en el norte de Gaza.
Ayer, tras una intensa búsqueda, la policía israelí descubrió el cadáver quemado de un anciano israelí de 70 años que había desaparecido de su casa hace algunos días. Las brigadas Mártires de Al Aqsa se adjudicaron la responsabilidad de su muerte.
En tanto, el jefe del Fatah en Cisjordania, Marwan Barghuthi, a quien Israel juzga por asesinato y "pertenencia a una organización terrorista, fue arrastrado, esposado en la espalda, fuera del tribunal del districto de Tel Aviv donde comparecía para la prolongación de su detención.
El incidente ocurrió tras su entrada a la sala de audiencia, donde los familiares de víctimas israelíes de atentados palestinos lo recibieron al grito de "asesino". Barghuthi intentó levantar sus manos para hacer la señal de la victoria delante de las personas presentes, entre ellos varios de sus partidarios y periodistas, y los guardias que lo escoltaban lo obligaron a bajar sus brazos. (AFP)
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La Ciudad
