La posibilidad que estudia el gobierno nacional de aumenta las retenciones a las exportaciones como una forma de controlar el aumento de los precios internos de los alimentos cosechó el rechazo de todos los eslabones de la cadena agropecuaria.
Los dirigentes ruralistas, que representan al sector primario de la economía agraria, anticiparon su rechazo a una medida de estas características ya que consideran que ésto sólo contribuye a "incrementar la presión tributaria sobre el campo".
El jefe de Gabinete, Alfredo Atanasof, señaló que "el aumento de las retenciones" no fue tratado ayer en la reunión del gabinete nacional y, aunque reconoció la preocupación gubernamental "por los precios de los alimentos", indicó que se consultará "a todos los sectores para consensuar medidas" destinadas a contener las subas.
El presidente de Confederaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa (Carbap), Mario Llambías, recordó que la aplicación de retenciones "demostró ser ineficaz porque los precios en el mercado interno dependen de la capacidad de compra de la demanda antes de que las cotizaciones internacionales".
Por lo demás hay productos emblemáticos de la canasta básica de alimentos, como carne y leche, cuyos precios dependen del consumo local ya que más del 80 por ciento de la producción se comercializa en el mercado interno.
"El otro factor formador de precios internos es la participación de los distintos eslabones de la cadena productiva integrada por el campo, la industria y el comercio", explicó el titular de Carbap.
El dirigente advirtió que el "único efecto" de aumentar retenciones para granos (trigo, maíz) y oleaginosos como materias primas de alimentos básicos (pan, fideos polenta y aceites) "será disminuir la rentabilidad del agricultor, alentar la evasión impositiva e incentivar el mercado negro".
También el presidente de la Confederación Intercooperativa Agropecuaria (Coninagro), Mario Raiteri, anticipó "el absoluto rechazo al aumento de las retenciones" que se anuncian cuando "se achicaron los rindes de las cosechas por efectos de la misma descapitalización del campo y los precios internacionales de los granos apuntan a la baja".
El negocio del campo "perdió rentabilidad en los últimos meses y quienes insisten con las mismas recetas que a comienzos de 2002 se equivocan «fiero»", agregó el Raiteri.
Efecto "boomerang"
La Federación Argentina de la Industria Molinera (Faim) considera "esencial que el gobierno recurra a medidas político-económicas acertadas para orientar el desarrollo de la actividad productiva".
A criterio de la entidad que nuclea a los molineros, el camino adecuado para el país, la industria y los consumidores es "aumentar las exportaciones de productos de mayor valor agregado" y no estas medidas que perjudicarán aún más al sector molinero y al público en general.
Las consecuencias más graves serán "el deterioro de los molinos, con el consiguiente mayor desempleo y la suba de precios de la harina en el mercado interno", explicaron desde la entidad.
La entidad explicó que "la demanda de harina es inelástica y el mercado está abastecido por una industria que dispone de 40% de capacidad ociosa". En estas condiciones, el cupo disminuye la exportación de harina y como consecuencia los molinos reducen molienda total manteniendo su producción para el mercado interno.
"Como la harina tiene un consumo constante los molinos harineros deberán prorratear sus costos fijos en menor producción, lo que los llevará a la reducción de producción y mayor deterioro de la industria, produciendo aumentos en los precios de la harina", advirtió Faim.
A su vez, los exportadores también pusieron el grito en el cielo. El titular de la Cámara de Exportadores de la Argentina (Cera), Enrique Mantilla, rechazó la medida que estudia el gobierno para algunos productos.
Para el dirigente, el gobierno está "buscando nuevas fuentes de financiación" antes de controlar los precios internos.
"Lo único que es claro del gobierno es que la prioridad que tiene es congelar los desequilibrios macro económicos para dar estabilidad financiera de corto plazo. Trata de planchar todo. Por ejemplo, si sube el petróleo, que no suba la nafta", sostuvo el titular de Cera.