El Paseo del Caminante se quedó a oscuras. En el coqueto recorrido de la zona norte de la ciudad que se extiende entre una de las entradas del balneario La Florida y el embarcadero Costa Alta se robaron 26 faroles y cerca de 800 metros de cable subterráneo. Así, cada vez que cae el sol, el lugar se convierte en una boca de lobo. Es más, las pocas bombitas que se salvaron de los robos son aquellas que están situadas a metros del destacamento de la Prefectura Naval.
La ola de robos de los artefactos lumínicos comenzó hace al menos dos meses, y desde ese momento tiene a maltraer a los empleados de la empresa Coemyc, firma que tiene a su cargo la responsabilidad de la iluminación en la zona norte de la ciudad.
Es que los operarios ya no saben cómo hacer para mantener iluminado el tradicional paseo y por estas horas ya están resignados a verlo a oscuras. "Lo que pasa es que cada vez que reponemos los cables subterráneos, a los pocos días se los vuelven a robar", admitió Mario Lazarte, uno de los encargados de la firma.
El primer gran robo de artefactos lumínicos ocurrió hace dos meses. Según recordó Lazarte, en esa oportunidad "se llevaron unas 11 bochas de iluminación y cerca de 400 metros de cable subterráneo".
Los ladrones actuaron sin inconvenientes, rompieron las tapas de las cajas que tienen en su base las columnas de alumbrado y directamente "se llevaron todo lo que encontraron": desde capacitores hasta cables y sin olvidar obviamente los faroles circulares que coronan los postes de iluminación.
"Rompieron todo, hicieron un destrozo increíble, arrancaron las tapas de los postes y no dejaron nada", admitió Lazarte.
Así, parte del vistoso corredor de 600 metros quedó sin iluminación. Si bien Coemyc reparó las averías y repuso el cableado que se había sustraído, hace dos semanas la escena volvió a repetirse. Claro que esta vez, en lugar de 400, los metros de cable robado llegaron a "cerca de 800", y a las 11 farolas faltantes se le sumaron 15, lo que condenó a una eterna oscuridad a una gran parte del paseo.
Resignados
"La verdad es que ya no tiene sentido reponer los cables porque cada vez que lo hacemos se los vuelven a robar", dijo Lazarte, al tiempo que opinó que "lo mejor sería cambiar el sistema de cableado. Así no se puede seguir, se lo roban al instante", aseguró.
Desde Coemyc estiman que reponer el cable y los faroles que se robaron costará cerca de 37 mil pesos. Pero los operarios están convencidos de que "una vez que se repongan los elementos, se los volverán a robar".
Así, el Paseo del Caminante se suma a la larga lista de lugares públicos que vienen sufriendo depredaciones y robos. Lo mismo le sucedió al Bosque de los Constituyentes, donde manos anónimas se llevaron desde los cables de iluminación hasta partes del alambrado que rodea a ese amplio predio de la zona norte.
El destino de los cables robados es el mercado ilegal, donde el cobre que poseen en su interior se comercializa con gran avidez.
El único sector que hoy tiene algo de iluminación en el Paseo del Caminante es el que está ubicado cerca del ascensor. Lo que sucede es que allí también está emplazado el destacamento de la Prefectura Naval que tiene a su cargo la seguridad del muelle, y los ladrones aún no se animaron a dejar a oscuras hasta a los prefectos.
Según se explicó desde Prefectura, los uniformados "no tienen a su cargo la vigilancia de todo el paseo, sino la seguridad del muelle". No obstante, los ladrones se cuidan de no robar cerca de donde está la Prefectura y la zona del paseo más castigada por los arrebatos es la que se extiende cercana a uno de los accesos del balneario La Florida.
En ese extremo, el aspecto del que alguna vez fue un coqueto paseo es verdaderamente triste. "No sólo están destruidos los postes de iluminación, sino que además está roto el piso, al que destruyen para llevarse el cableado subterráneo", se lamentó Lazarte.
Y hay más, según confesaron algunos vecinos, "la propia Prefectura les recomienda a las mujeres no caminar solas por el lugar durante la noche". Es que al estar prácticamente a oscuras, la zona se tornó peligrosa y propicia para el accionar de los arrebatadores.
Lo cierto es que si bien hace cuatro años el sistema de iluminación del Paseo del Caminante se promocionaba desde ámbitos oficiales como "una garantía de seguridad" para los transeúntes, hoy la frase es sólo un recuerdo. Gran parte de sus 600 metros de extensión está a oscuras y la inseguridad parece ser la única que pasea tranquila por el lugar.