Año CXXXVI
 Nº 49.711
Rosario,
viernes  03 de
enero de 2003
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Matan al dueño de una gomería en un robo
Llegó a comprar cubiertas a Ovidio Lagos al 4700. Su contacto le tendió una trampa que derivó en un asalto fatal

Ayer a la tarde, Pablo Ridolfi había salido de su gomería de Oliveros junto a un transportista y un cuñado, un suboficial de la Prefectura Naval. Los tres hombres llegaron en un camión a la cita pactada de antemano. En un lugar de la zona sur de la ciudad debían encontrarse con un muchacho que les iba a vender neumáticos a un precio accesible. Una vez en el lugar, apareció otro sujeto que lo trasladó hasta un pasaje bordeado por una villa de emergencia. Enseguida la farsa quedó al descubierto cuando los interesados en comprar cubiertas fueron encañonados por dos hombres que aparecieron detrás de un depósito abandonado. Cuando los maleantes ya se habían apoderado del dinero que tenían los tres visitantes, uno de los asaltantes intentó arrebatar la pistola que llevaba el familiar del comerciante. Y entonces los dos hombres se trenzaron en una pelea cuerpo a cuerpo con los ladrones que tuvo un desenlace fatal. El propietario de la gomería murió en el lugar después de que un balazo le atravesó el abdomen y el efectivo de la fuerza de seguridad resultó herido en una pierna.
Cerca de las 3 de la tarde de ayer, Pablo Ridolfi, de 26 años, partió de Oliveros en un camión vacío. El vehículo era conducido por Miguel Angel Uliasi, de 49 años. Y en el rodado también viajaba el cabo primero Carlos Alberto Cortina, de 27. El suboficial presta servicio en la delegación San Lorenzo de Prefectura y estaba armado con una pistola 9 milímetros porque su misión era custodiar a sus acompañantes.
Una hora después, los tres arribaron a un lugar que habían acordado con un interlocutor que dijo llamarse Pablo. El sitio elegido era la esquina de Ovidio Lagos y Mister Ross. Pero apenas llegaron se encontraron con que el contacto para adquirir cubiertas era otra persona. Este hombre les dio a los visitantes una excusa creíble: les dijo que la mercadería estaba en un depósito de pasaje Anchai al 2600 (Ovidio Lagos al 4700).
Apenas Ridolfi y sus acompañantes llegaron al lugar indicado, detrás de las puertas de un galpón en desuso aparecieron dos muchachos armados. Con una pistola calibre 11,25 inmovilizaron a los tres ocupantes del camión y les robaron los 800 pesos que llevaba uno de ellos.
En medio del atraco, uno de los asaltantes divisó el arma que portaba Cortina y decidió quitársela. Pero el suboficial no estaba dispuesto a entregársela y se trabó en lucha con el delincuente. Forcejearon y cuando el efectivo disputaba la posesión de su arma reglamentaria, se disparó un balazo que hirió a Cortina en la pierna izquierda.
Su cuñado enfrentó al otro maleante. Cuando ya se había abalanzado sobre él un balazo impactó en su cuerpo. Hasta anoche, los investigadores no sabían si el asaltante había gatillado el arma voluntaria o accidentalmente.
La bala atravesó el abdomen de Ridolfi y perforó el bazo y uno de los pulmones. El comerciante murió a los pocos segundos sobre la vereda del galpón abandonado. Y los tres maleantes escaparon corriendo en dirección a la villa ubicada a unos pocos metros.
Hasta anoche, los efectivos de la Brigada de Homicidios y de la comisaría 15ª, que investigan el suceso, no habían localizado a los autores del robo y del crimen.



El comerciante fue baleado al enfrentar a un ladrón.
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