Las fiestas de fin de año empezaron mal y concluyeron mucho peor para la familia Sánchez, habitante de la populosa villa miseria del barrio Bella Vista. Durante la Nochebuena uno de sus integrantes, menor de 17 años, había recibido un balazo en una pierna en represalia por defender a una hermana que fue atacada a golpes por una patota en un baile unos días antes. Y anteayer, cuando los festejos por la llegada del 2003 aún no se habían apagado, sucedió la tragedia preanunciada en víspera de Navidad. El mismo grupo de muchachos volvió en busca de venganza y mató de un tiro en el pecho a un tío del adolescente, que intentó defender a su sobrino cuando los agresores comenzaron a increparlo.
Piquio, Chanchín y Maca son los apodos con los que se conoce a los integrantes del trío que el miércoles, alrededor de las 19, llegó hasta la casilla de Riobamba al 4578. Entre ellos se encuentra el asesino de Oscar Rubén Sánchez, un albañil de 29 años padre de cuatro hijos que, además de cobrar un subsidio de Jefe de Hogar, trabajaba en una rotisería de Lima y Cerrito. Voceros de la Brigada de Homicidios y de la seccional 13ª tenían identificado al presunto autor del disparo como Nelson Fernández, de 19 años, quien hasta ayer permanecía prófugo.
La antesala del asesinato se ubica unos días antes de Navidad. Daniel tiene 17 años y es uno de los sobrinos del hombre asesinado. Vive con su mujer que está embarazada de 7 meses en un rancho cercano al de su madre. Fuentes de la investigación contaron que Daniel mantuvo un fuerte altercado con un tal Piquio. El encono se dio porque un grupo en el que estaba Piquio había agredido a golpes a una hermana de Daniel en un baile.
Poco después de ese incidente, Daniel se encontró con Piquio en la calle y dirimieron el problema a puñetazos. La cuestión no quedó allí. El 24 a la noche, Piquio apareció por la casilla de Daniel, pero esta vez acompañado por otros dos muchachos. De acuerdo a lo que pudo reconstruir la policía, esas personas que llegaron al lugar serían Chanchi y Maca. "Se volvieron a agarrar a piñas y a pesar de que alcanzó pegar unos bollos, a Daniel le dieron un balazo en una pierna presumiblemente con un 22", contó una fuente policial.
Abrupto final de una reunión
Hubo una impasse de ocho días. El miércoles varios familiares del menor se encontraron en la casa de Patricia, su mamá. La vivienda queda casi sobre la ochava noroeste de Riobamba y un pasaje de tierra que no tiene nombre y que penetra de lleno en la villa. Oscar Sánchez, hermano de Patricia, había llegado junto con otros familiares para festejar el año nuevo. "Muchos vinieron a visitarnos a la tarde a pie porque no tenían plata para viajar en colectivo", contó Yanina, una sobrina del hombre asesinado.
"Era una típica reunión familiar, con mucha música y también abundante alcohol", comentó por su parte un investigador policial. Cuando eran cerca de las 19, los mismos muchachos que mantenían el altercado con Daniel, al que se habría sumado uno apodado Hijitus, aparecieron por la cortadita y comenzaron a hostigar a toda la familia. La primera en reaccionar fue Patricia, quien salió a la calle para increpar al trío. Detrás suyo salió Oscar. Yanina es hija de la mujer y fue testigo del encontronazo. "Esos pibes primero amenazaron a mi mamá porque los fue a echar. Mi tío se metió para defenderla porque iban a matarla y le pegaron un balazo", soltó la nena. Sánchez recibió el proyectil en el pecho cuando intentaba cubrir a su hermana y al sobrino en medio de la calle de tierra.
El hombre murió casi en el acto. Los investigadores indicaron que la víctima era totalmente ajena a toda disputa. "Era un tipo honesto que murió por impedir un baño de sangre", comentó un comisario. Según el policía, el homicida está plenamente identificado porque vive en el mismo barrio, pero por el momento se encuentra prófugo.