| | El plan nuclear norcoreano abre otro frente de guerra para EEUU Pyongyang expulsó ayer a inspectores de la ONU
| Mariano Andrade
París. - La decisión tomada ayer por Corea del Norte de expulsar a los inspectores de la ONU de sus instalaciones nucleares y continuar con su programa de armamentos de destrucción masiva abrió esta semana un nuevo frente para EEUU, en momentos en que Washington se prepara para un posible ataque contra Irak. Desde el mes de noviembre, cuando Washington anunció que suspendía el envío de combustible a Corea del Norte a raíz de la certeza de que Pyongyang había reanudado sus programas nucleares con fines militares, hasta esta semana, cuando las autoridades norcoreanas decidieron retomar el control completo de sus instalaciones nucleares, los acontecimientos no hicieron más que acelerarse. La Agencia Internacional de la Energía Atómica (Aiea) acusó a Corea del Norte de empezar a poner en condiciones de funcionar nuevamente a un reactor con el que podría producir plutonio con fines militares en el complejo nuclear de Yongbyon. En caso de confirmarse que Corea del Norte se encamina hacia la reactivación de la central de Yongbyon, el acuerdo de 1994 entre Washington y Pyongyang, por el cual EEUU se comprometía a enviar combustible a cambio del congelamiento de las actividades nucleares con fines militares de los norcoreanos, quedaría definitivamente enterrado. La grave situación movilizó a otros países de la región, Corea del Sur y Japón, a unirse a EEUU para pedir a Pyongyang que "no agrave" la crisis nuclear y abandone todo programa de construcción de armas de destrucción masiva. Pese a la crítica unánime ante la resolución tomada por el gobierno comunista norcoreano, la crisis con Pyonyang se convirtió en un nuevo foco de tensión entre Moscú y Washington. Si bien Rusia se mostró "preocupada" por el giro de los acontecimientos en Corea del Norte, el viceministro de Relaciones Exteriores ruso, Gueorgui Mamedov, había calificado como "peligroso" el intento de chantajear económicamente a Pyongyang, en una clara acusación a la postura adoptada por EEUU. Washington optó por una respuesta diplomática a Rusia, vinculada, según afirmaban los especialistas, con la posibilidad de que EEUU intente utilizar a Moscú y Pekín como intermediarios para que convenzan a Corea del Norte de volver sobre sus pasos. En ese sentido, Washington insistió en una "solución pacífica" para la crisis, y multiplicó sus contactos a nivel internacional para hacer entrar en razones a Pyongyang. A principios de enero está prevista la visita a Seúl de un representante especial del presidente Bush, que intentará desactivar la crisis nuclear. Sin embargo, el secretario de Defensa norteamericano Donald Rumsfeld advirtió el lunes a Pyongyang que era erróneo pensar que EEUU no era capaz de llevar adelante "dos conflictos al mismo tiempo", en referencia a una posible guerra en Irak y un enfrentamiento con Corea del Norte. Esta posibilidad, la de dos conflictos armados simultáneos con dos de los integrantes del "eje del mal" denunciado hace poco más de un año por el presidente Bush (el tercero es Irán), provoca divisiones entre los especialistas, ya que algunos la consideran lejana y otros un riesgo grande. Ayer, la Aiea confirmó que Corea del Norte le había pedido que retire sus inspectores del complejo nuclear de Yongbyon. "Recibimos una carta de Corea del Norte en la que nos pide retirar nuestros inspectores", declaró el portavoz de la Aiea, Peter Rickwood. Washington condenó enérgicamente tal decisión. (AFP)
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