Año CXXXVI
 Nº 49.707
Rosario,
sábado  28 de
diciembre de 2002
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La Intendencia colaborará en la mejora de El Cairo

El secretario de Cultura municipal, Marcelo Romeu, aseguró ayer que la Intendencia "estará ciento por ciento dispuesta" a colaborar con los nuevos dueños del bar El Cairo para lograr su recuperación. Es que si bien el tradicional reducto de la intelectualidad y la bohemia rosarina cerrará sus puertas pasado mañana sumido en un mar de deudas, su flamante propietaria -la joven hija del empresario frigorífico José Mattievich- anticipó que el local "conservará el nombre y se transformará en un confortable café literario".
"Si los nuevos dueños nos piden colaboración, seguramente estaremos ciento por ciento dispuestos a hacerlo, ya que El Cairo es un lugar mítico de la ciudad", aseguró Romeu, quien hace algunos años también se contaba entre los asiduos clientes del bar.
Para el secretario de Cultura municipal, "Rosario tendrá dentro de algún tiempo un Cairo renovado", por lo que consideró que esa situación "le hará muy bien a la ciudad".
"A pesar de que hace años que el lugar comenzó a deteriorase, hasta estos días sigue llegando gente de todas partes del país que nos sigue preguntando dónde queda y nos pide que los llevemos a conocerlo", admitió.
Es que El Cairo fue, en su momento de esplendor, el lugar donde confluyeron relevantes figuras del arte y la cultura. Y entre allí germinó la emblemática "Mesa de los Galanes", aquel grupo que con Roberto Fontanarrosa a la cabeza se juntaba a diario enfrascarse en arduas polémicas que conjugaban tres grandes pasiones: fútbol, política y mujeres.
Luego vinieron años más oscuros, donde las deudas comenzaron a deteriorar el lugar y el brillo y esplendor se apagó lentamente. Según recordó Romeu "allá por 1996 el municipio y los integrantes de la Mesa de los Galanes hicieron un intento por recuperarlo, pero fue muy difícil lograr que todos los dueños llegaran a un acuerdo".
Así, sumido cada vez en más deudas, el bar entró en una indefectible convocatoria de acreedores hasta que hace unos días María José Mattievich lo compró por 100 mil dólares.
Ayer, y luego de que La Capital difundiera la noticia de que las persianas se bajarán pasado mañana, decenas de habitués pasaron por el lugar a tomar su último café. Es que si bien el futuro se presenta como halagador, la nostalgia igual se filtra en los corazones de quienes alguna vez pasaron por el emblemático bar El Cairo.


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