El índice de desocupación del aglomerado Rosario, según la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) realizada en octubre, fue del 19%. El indicador bajó 5,3 puntos desde mayo de 2002 y 3,8 puntos respecto del mismo mes del año pasado. La subocupación, en tanto, subió casi tres puntos en la comparación interanual (pasó de 17,2 a 20%) y un poco más en la comparación con mayo, cuando esa tasa fue del 14,9%. Esto significa que en la región hay 108.296 desempleados, 20.876 menos que en octubre pasado y 114 mil subocupados, 16.830 más que en aquel mes. Aunque la provincia no discriminó datos de beneficiarios de programas sociales, se puede inferir el peso que tienen los planes de subsidios a jefes y jefas de hogar en la mitigación del índice de desempleo. En trazos gruesos, si la desocupación cae 3,8 puntos pero la subocupación (identificable de algún modo con los beneficiarios que trabajan cuatro horas) sube 2,8%, es posible pensar que queda un punto (5.700 personas) para adjudicar a un aumento de la actividad económica. La población ocupada, en tanto, pasó de 436.470 personas (33,8% de la PEA) a 462.310 (34,9% de la PEA) en un año, lo que indica que se crearon 25.840 puestos de trabajo. Si se mide contra mayo de 2002, los indicadores son ampliamente mejores. La tasa de actividad bajó, en cambio, 0,7 punto entre octubre de 2001 (43,8%) y octubre de 2002 (43,1%). Este indicador mide la movilidad laboral dentro de la Población Económicamente Activa (PEA), es decir las personas que están en condiciones de trabajar y lo hacen o intentan hacer. La PEA creció en casi 5 mil personas. Siguiendo la serie octubre contra octubre desde 1995, que es la comparación técnicamente más indicada, la tasa de actividad varió en sintonía con la tasa de empleo y desempleo, para mejor o para peor. La excepción fue 1999, cuando la suba en el índice de actividad coincidió con una caída en la tasa de empleo, un indicador de que en ese momento salió más gente a buscar trabajo y no lo encontró. Pero no es habitual, como pasó este año, que la tasa de actividad baje en un contexto en el que sube la tasa de empleo y disminuye la desocupación. Un dato más que, además de registrar el efecto desaliento, abonaría la hipótesis del impacto de los planes de jefes y jefas de hogar: bien podría tratarse de personas que revistaban en octubre del año pasado como desocupados y este año, al recibir el subsidio, dejaron de buscar empleo y pasaron a la categoría de inactivos. A nivel nacional, el Indec discriminó los números relacionados con este plan que cubre a casi 2,2 millones de personas, en la Encuesta Permanente de Hogares. Según la viceministra de Trabajo, Noemí Rial, de los 11,8 millones de ocupados en el país, 798 mil corresponden a beneficiarios del programa que están realizando alguna tarea. En el informe difundido por el Ipec no está discriminado este ítem. Sí se sabe que en Rosario hay 61 mil beneficiarios del programa, de los cuales algo más de 54 mil se presentaron para realizar alguna contraprestración (a esto habría que agregar las cifras de las ciudades del conurbano). De todos modos, este número poco sirve para medirse contra la evolución del empleo, desempleo y subempleo en la EPH. En Rosario, la población subocupada, los que trabajan menos de 35 horas semanales por causas involuntarias, subió entre octubre de 2001 y 2002 en unas 16.800 personas. La tasa de subocupación demandante (que busca activamente otra ocupación) subió casi tres puntos, del 10,6 al 13%, mientras que la tasa de subocupados no demandantes (que no están la búsqueda activa de otra ocupación), creció 0,4 punto, del 6,6 a 7% de la población económicamente activa. A nivel nacional, y quizás por la influencia de una leve recuperación de la actividad económica, Rosario pudo alejarse un poco de los aglomerados top en materia de desempleo. Mientras sigue levemente por debajo de Córdoba (la desocupación es del 19,4%), pudo despegarse 3 puntos del conurbano bonaerense, que en la medición de octubre pasado había registrado una tasa de desempleo del 24%, similar al rosarino. Del total de población ocupada en la región, el 67,8% (65,41% en 2001) es obrero o empleado; el 25,6% cuentapropista (27,44% en 2001); 4,4% patrón o empleador (5,19%) y el 2,2% trabajador sin salario. Del total de la población ocupada, el 70% reviste como permanente (contra 77,3%), el 23,6% inestable (contra 15,5%) , el 2,8% (contra 4,1%) tiene un empleo temporario y el 3,4% changas (contra 3,1%). La población desocupada proviene de las siguientes ramas de actividad: 22,1% comercio, 20,1% otros servicios, 13,2% construcción y 10,8% industria manufacturera. En octubre de 2001, las cifras habían sido: 34,3%; 28,34%; 20,95% y 12,91% respectivamente. Existe un 8,6% de hogares con jefes desocupados, mientras que en la onda octubre de 2001 el porcentaje había sido de 10,1%. El porcentaje de hogares del aglomerado con ningún miembro ocupado bajó de 6 a 3,9%. En el aglomerado Santa Fe, en tanto, la situación del empleo mejoró respecto de mayo aunque lo hizo muy levemente respecto de octubre del año pasado. La tasa de desocupación fue del 20,1% y la tasa de empleo 31,2% . El subempleo alcanzó a 24,5%, casi 10 puntos más que en octubre del año pasado, seguramente también influido por los planes sociales.
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