| | cartas Los aborígenes y la Iglesia II
| Habiendo leído la carta del señor Adrián Zicari, publicada el 18 del corriente, vino a mi memoria el siguiente recuerdo: en la niñez concurrí a una escuela católica, donde aprendí el himno a la Virgen del Rosario, cuyos versos se referían a la misma como "Patrona de un bravo tropel", que había "deshecho a la indiada". Indagué sobre estas palabras y nunca recibí de mis educadores una respuesta a mi sospecha temprana de que la cruz y la espada como en épocas mucho más lejanas habían sido aliadas en el exterminio de los primeros habitantes de estas tierras. Después de muchos años tuve oportunidad de escuchar nuevamente el himno en cuestión. Pero ahora no estaban las estrofas que me indignaban. Ahora dicen que la Patrona de la ciudad no "deshizo a la indiada", sino que "fijó su mirada". Tarde recibí la respuesta que demandaba en mi niñez. Graciela Martin
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