Año CXXXVI
 Nº 49.703
Rosario,
jueves  26 de
diciembre de 2002
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Robo de rejas de viviendas, una osada y creciente moda delictiva
Las enganchan con sogas y las arrancan con camionetas. Hubo casos en Arroyito y en el centro

Si se proponen ser creativos, los delincuentes de esta ciudad demuestran ser de alta competencia. Para juntarse unos pesos para las fiestas apuestan a reducir metales y no se esfuerzan mucho por conseguirlo: roban las rejas empotradas frente a puertas y ventanas de las viviendas. Claro que en vez de cortafierros y martillos usan un vehículo pesado del cual enganchan una soga previamente atada al botín. Después solo se trata de una acelerada y ya está.
La modalidad, ocurrente si las hay, tuvo al menos tres repeticiones en los últimos días. Un jardín de infantes del macrocentro y una casa de familia de la zona norte. En ambos casos, tras el accionar de los ladrones, sólo quedaron restos de mampostería esparcidos por las veredas.
"Estamos estudiando de que manera darle seguridad a las ventanas porque ya nos robaron dos rejas y la tercera la sacamos nosotros para que no nos pase lo mismo", dijo Carolina, una de las maestras del jardín de infantes Criar, ubicado en Balcarce 642, a escasos 100 metros de la ex Jefatura de policía.
El jueves 12 de diciembre pasado, cuando las maestras del jardín llegaron a trabajar se sorprendieron al ver que a uno de los tres ventanales que dan al frente del edificio le faltaba la reja protectora. "Era una reja muy pesada, de hierro macizo y forjado con una barra de bronce arriba. Para sacarla, al menos harían falta un par de hombres que trabajaran un buen rato y haciendo mucho ruido, porque estaba empotrada en la pared con cemento armado", comentó Carolina.
Claro que ningún vecino escucho ruido en esa oportunidad. Y tampoco la madrugada del pasado viernes 20, cuando una segunda reja (idéntica a la anterior, de unos 50 años de antigüedad) desapareció del lugar. "Ese día lo único que pudimos saber por medio de una vecina es que entrada la noche vio a dos hombres sentados en el umbral del jardín, con sogas en sus manos y una camioneta estacionada enfrente", relató la maestra. Y remarcó que en ninguna oportunidad los amigos de lo ajeno ingresaron al jardín: "Indudablemente lo único que les interesa es el hierro porque no hubo aberturas violentadas y del interior del jardín no faltó nada".
Las respectivas denuncias fueron presentadas en la comisaría 3ª, pero "nunca tuvimos respuesta", agregó Carolina. "Sólo nos dijeron que es una nueva modalidad de robo y por los datos que le aportamos a través de esta vecina parece que tienen razón". Los ladrones enganchan la reja a la pickup en la que se mueven a través de pesadas sogas. Después aceleran el vehículo y desprenden el hierro de la pared. Lo cargan y adiós.
Otro de los episodios similares ocurrió el pasado viernes en una casa desocupada de España 1832. Allí, una antigua reja de hierro labrado de 1,50 metro de ancho fue sustraída por desconocidos que actuaron en silencio durante la noche. El robo fue descubierto por la propietaria de la vivienda, María del Carmen de Cunto, quien reside en un departamento de pasillo contiguo y que sospecha que en este caso los ladrones limaron los barrotes que la amuraban a la pared.
El otro caso que cierra la novel especialidad delictiva tuvo lugar en Vélez Sarsfield 820. Fue la madrugada del miércoles 18 de diciembre cuando Walter Covacevich se sorprendió ante el faltante de la pesada reja que cubría una de las ventanas del frente de la casa que alquila. "La reja estaba atornillada. Aparentemente usaron una barreta, cortaron los cuatro tornillos que la sujetaban sin romper nada y se la llevaron", dijo el hombre a La Capital. Y agregó: "Deben haber utilizado algún vehículo para llevarla porque era bastante pesada, de hierro fundido y no había forma de pasar las manos por entre los barrotes".



En la casa de Balcarce 642 existe un jardín de infantes. (Foto: Enrique Rodríguez)
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