Año CXXXVI
 Nº 49.703
Rosario,
jueves  26 de
diciembre de 2002
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Nueve meses de existencia que fueron un parto

El dólar por cuenta y orden del Banco Central, introducido hace nueve meses atrás para contrarrestar el nerviosismo del mercado y para evitar nuevas disparadas del billete verde en el segmento minorista, sirvió a la autoridad monetaria para bajar la tensión de la city en sus peores momentos, luego de la salida de la convertiblidad.
En su debut, el lunes 25 de marzo, el dólar oficial fue fijado en 3,02 pesos para la punta compradora y 3,10 para la vendedora, después de que el Central hubiera delineado el nuevo mecanismo durante la madrugada del domingo anterior.
La operatoria fue pensada como un elemento para descomprimir la demanda a la que se enfrentaban las casas de cambio, y reducir a la vez el margen que éstas se apropiaban a través de la diferencia -que llegó a casi 80 centavos en algunas oportunidades- con el tipo de cambio vendedor que manejaban los bancos.
El puesta en práctica del dólar por "cuenta y orden" del Central había comenzado a tomar forma una semana antes, cuando la divisa norteamericana llegó a negociarse a en el mercado libre a 3,90 pesos.
Para esa época tampoco faltaban quienes hacían hasta seis horas de colas en la city para comprar dólares en los bancos oficiales, y luego venderlos con una sustancial diferencias en las casas de cambio.
Eran tiempos de los coleros que vendían su lugar por hasta 30 pesos, y el presidente Eduardo Duhalde veía esfumarse con el correr de los días su promesa de mantener el billete estadounidense en el orden de los 1,70 pesos.
El Central, entonces presidido por Mario Blejer, no se apuró por revertir el pico de casi cuatro pesos, pero logró bajarlo a menos de tres a través de las intervenciones por cuenta y orden.
Tres meses después, a fines de junio y con otro ministro de Economía (se había ido Jorge Remes Lenicov, reemplazado por Roberto Lavagna), otro pico sacudió el mercado cambiario, y el dólar libre volvió a rozar los cuatro pesos.
La cifra máxima en las entidades que operaban a nombre del Central se registró el 26 de ese mes, cuando se situó en 3,77 para la compra y 3,85 pesos para la venta.
Pero aunque no se acabó con el mecanismo en ese momento, el posterior veranito financiero lo fue haciendo caduco, a medida que se diluía el nerviosismo respecto del valor del billete.


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