"La Argentina está en un cuadro lamentable", disparó el economista Marcelo Lascano e hizo hincapié en tres vulnerabilidades: la fiscal, la social y la externa, que juntas "tienen un efecto de acumulación perverso y muy difícil de resolver". A su criterio, la solución de estos frentes requieren de liderazgos que "en Argentina hoy no se vislumbran".
Lascano estuvo en Rosario invitado por la Universidad del Centro Educativo Latinoamericano (Ucel) para disertar sobre la actualidad económica argentina.
"¿Quién es líder hoy en el país?", se preguntó Lascano como disparador de su conferencia. "¿Reutemann?, no. ¿Menem?, fue", dijo y explicó que para la solución de las vulnerabilidades planteadas se requieren figuras que tengan respuestas que la gente acepte y entienden como solución a los afligentes problemas dominantes de la sociedad.
Por lo tanto, frente a esta crisis "no hace falta solamente un administrador".
Al abordar el frente de la insolvencia internacional, Lascano hizo una fuerte crítica hacia los acreedores externos de la Argentina. "La Argentina no puede pagar su deuda porque los organismos prestaron mal a un país que no podía pagar y se empecinaron en no escuchar los pronósticos, calificaron mal a un Estado que fingía sus números", dijo. Por tanto, "hay culpas compartidas".
De ese modo, la falta de pago no se trata de una cuestión de mala voluntad o "un problema moral sino un problema entre dos partes", dijo y agregó: "Se aceptaron los números mal planteados y mal concebidos tanto a nivel público como privado. Gracias a Dios se cayó Enron en Estados Unidos para que vuelvan a creer que las contabilidades privadas, en muchos casos, son una trampa".
Para la resolución del problema de insolvencia fiscal dijo que se hace necesario el diseño de una "política inteligente". Es como "cuando vamos a la guerra y después hay que reconstituirse. Sólo que aquí no tenemos un estadista que nos diga que perdimos la guerra, no entendemos y los sacrificios no van a aparecer. Sin sacrificio la Argentina no funciona", dijo el economista.
Esta política tiene que tener como prioridad, la cuestión social, la tercera insolvencia que el economista planteó. "Tenemos más de dos millones de personas sin trabajo, el 20 por ciento de la población económicamente activa. Otro tanto que trabajan menos horas de las señaladas, sin incluir el desempleo rural y a quienes ya no buscan más trabajo por fatiga".
Finalmente, "tenemos un problema productivo y en ese contexto, no recaudamos y eso se transmite a la vulnerabilidad fiscal".
A criterio del economista estos problemas se retroalimentan para perpetuar la situación de crisis. "Cómo vamos a resolver el tema de la deuda pública sin sanear la cuestión fiscal y cómo vamos a hacer ésto sin crecimiento económico que a su vez nutre la recaudación", se preguntó Lascano. "Es lógica pura: no hay recaudación, solvencia fiscal si no hay una actividad económica que la prodige", apuntó.
Desarrollo con justicia
Por otra parte resaltó que "el desarrollo sólo es posible con justicia". Porque "si el desarrollo no está retroalimentado por una distribución del ingreso nacional según las pautas que la sociedad acepte, no lo hay". Para eso citó la emblemática experiencia de Hery Ford, quien le aumentó los sueldos a sus operarios con la idea de que puedan comprarle sus autos. "Si no hay redistribución la producción me la tengo que guardar", dijo.
A su juicio, una estrategia de desarrollo debe estar basada en dos capítulos. Por un lado, aprovechar el potencial productivo que tiene dormido el país -eso se llama reactivación- y por otro, ampliar la frontera productiva.
Pero esto, "requiere de políticas, no basta sólo el mercado", dijo el economista que integra el Grupo Fénix. "La gran mentira liberal es creer que los mercados funcionan con la mano invisible. Ahora ¿creen que las 60 mil compañías multinacionales que facturan 13 trillones de dólares, lo que representa un producto bruto norteamericano y medio, localizan utilidades con la mano invisible? No. Esto se logra con la contabilidad y la mano del brujo que hace los deberes", sentenció.