La consultora norteamericana Grant Thornton International (GTI) puso un pie en Rosario. A través de una alianza estratégica, la primera en el interior del país, con el Holding Pampa (Ceconi y Asociados, Feuillade y Asociados y Cifem, Luis Righi y Asociados), una de las cinco firmas auditoras más grandes del mundo busca aprovechar los beneficios que proporciona la crisis en la reestructuración empresarial. Con una marcada especialización en el rubro empresas familiares (sin distinción de tamaño), la compañía busca remontar el fenómeno de desconfianza que melló el prestigio de muchas empresas tras los escándalos financieros de la energética Enron y la tecnológica WorldCom en los Estados Unidos, que se llevaron tras de sí a una prestigiosa consultora como Arthur Andersen. En diálogo con La Capital Roy Buddle, representante para América latina y el Caribe de GTI y Enrique Langdon, socio de GTI Argentina explicaron las estrategias de la firma tras esta asociación. -¿Qué tipo de negocios viene a buscar Grant a Rosario? Buddle-Somos una firma de contadores y auditores. Nuestra profesión y los servicios que brindamos son: contabilidad, auditoría, servicios tributarios, consultoría. También tenemos grupos especializados trabajando en un producto nuevo que se llama Prima y se trata de un servicio de consultoría dirigido a la empresa familiar. Como firma internacional tenemos presencia en 110 países en todo el mundo, con 652 oficinas. -¿Cuáles son las características de estas empresas familiares? -El tamaño depende del país, del mercado y de la estructura de la economía del país donde nos encontramos. Por ejemplo, en Estados Unidos nuestro enfoque está dirigido a empresas que facturan entre 50 a 1.000 millones de dólares al año. Para Argentina y otros países latinoamericanos ese segmento puede ser de uno a 1.000 millones de dólares. Aunque este es nuestro enfoque, no necesariamente tienen que ser empresas familiares. Trabajamos con muchas multinacionales, pero cuya sucursal es una empresa mediana. El enfoque también está dirigido a pequeños emprendedores, organizaciones donde el dueño también dirige el negocio y en América latina la mayoría de las empresas tienen esa característica. -¿Cuáles son las diferencias en el asesoramiento de una empresa multinacional con una familiar? -Después de los casos de Enron o WorldCom, hay muchas restricciones para las corporaciones norteamericanas que cotizan en Bolsa. Entonces las firmas especializadas en las empresas más grandes del mundo pueden por ley dirigir sus servicios de auditorías públicamente pero no pueden ofrecer otros servicios. Como nuestro enfoque está dado en el segmento de la empresa familiar o de tamaño mediano -que no son empresas públicas sino privadas- se ofrece lo que éstas necesitan, que es una amplia variedad de servicios, como la contabilidad, tecnología, sistemas, auditoría, asesoramiento tributario. También necesitan los servicios de asesoramiento para entender los problemas que causa la familia en el negocio. -¿Cómo recuperan las confiabilidad las empresas de consultoría tras la caída de Andersen y el caso Enron? -Creo que han cambiado el énfasis. Ahora se le da mayor importancia a uno de nuestros activos más importantes que es nuestra reputación. Sin reputación no tenemos negocio. Entonces tenemos que actuar y entregar el servicio de una manera muy profesional, tomando todas las precauciones y dando el servicio en base a principios. -¿Por qué deciden estar presentes ahora en la Argentina? -Como firma tenemos mucha confianza en todo país sudamericano aunque muchos están experimentando problemas económicos, sociales y políticos. Conocemos muy bien la situación argentina. Pero una crisis de esta magnitud trae oportunidades, tanto para los empresarios argentinos como para nosotros. En el área de Rosario existe un gran potencial de la agroindustria y la exportación, la crisis transformó en más competitivos a los productos. Eso estimula la exportación. Allí está el nuevo énfasis para la economía o el empresario argentino y ellos tienen que buscar ayuda si quieren exportar. Nosotros podemos aportarla porque manejamos negocios a nivel mundial. -La crisis argentina modificó los parámetros de la economía doméstica. ¿Cuál es el trabajo que les espera en el mercado interno? Langdon-El empresariado local se vio enfrentado a situaciones inéditas, especialmente en 2002, donde en muchos casos tuvo que revisar si tenía o no negocio. En ese contexto adverso, se dispersan de los temas hasta que retoman el hilo de sus negocios. Para volver al foco de su negocio alguien tiene que tener el espertise adecuado para ayudarlo a superar esa instancia. En el caso de nuestra firma y un poco lo que nos diferencia de los big four (los cuatro grandes) es el perfil de mercado hacia el que apuntamos. La idea es estar cerca del cliente y entender su negocio. Creemos que acá hay grandes oportunidades de negocios y ante los cambios de las reglas de juego muchas más. -¿A qué segmento de clientes apuntan en la zona? -El convenio que hicimos con los estudios contables que nos van a representar es para poder estar cerca del cliente que es nuestro activo más preciado. -El mercado de las consultoras se concentró en los últimos tiempos. ¿Cómo ven el escenario en el mediano plazo? Buddle-Nuestra profesión estuvo un poco bajo la lupa después de los casos de Enron, WorldCom y la caída de Andersen tan dramática. Los clientes más grandes globales analizaron lo que tenían y cambiaron de firma. Esto nos abrió a nosotros bastante mercado. En EEUU incorporamos 11 firmas nuevas en diez ciudades. Tenemos 65 socios nuevos que son ex funcionarios de Andersen. Langdon-También ocurrió esto en Argentina. En este último tiempo ganamos 30 clientes que venían de la crisis de Andersen, que buscan una mezcla de una atención más personalizada, con un socio interesado en el negocio y una capacidad de respuesta más veloz y con servicios más económicos. Eso se potencia más en tiempos de crisis.
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