Walter Gasparetti / La Capital
Totoras.- La historia de la mujer enterrada en el patio lateral de una vivienda corrió en esta ciudad de boca en boca como reguero de pólvora, hasta que un familiar de la víctima reunió algunos elementos y radicó una denuncia en la comisaría local. La confesión del hombre como autor de ese crimen convirtió en realidad lo que parecía una leyenda. Angela Forgia, de 28 años y Jorge Zavala, de 39, estaban viviendo en pareja y tenían dos hijos de 10 y 4 años. A principios de septiembre del año pasado una discusión por un asunto pasional terminó con la muerte de la mujer. El hombre quiso deshacerse de la evidencia y eligió un pozo en el fondo de su casa para ocultar el cuerpo. El relato constituye una síntesis del testimonio aportado por Zavala a los investigadores del caso, tras haber sido detenido como el principal sospechoso del crimen de su concubina. Al principio intentó confundir a los policías con evasivas hasta que el hombre se quebró y dijo la verdad. "En el medio de la trágica historia había, al parecer, un engaño amoroso. El hombre dijo que le propinó una cachetada y que la cabeza de la mujer pegó contra un mueble. Como gritaba sin parar le puso la mano en la boca hasta que murió", relató una fuente policial a este diario. El hecho ocurrió en los primeros días del mes de setiembre del año pasado y la excavación se hizo el jueves a la tarde. Además de efectivos de la comisaría 3º participaron los bomberos voluntarios de Totoras, y los médicos forenses de la Unidad Regional X, Juan Carlos Midauar y Carlos Alonso. La denuncia fue radicada por el sobrino de la mujer. El joven dijo ayer a este diario que el homicida se puso pálido cuando le confió que Angela estaba enterrada en el patio. El denunciante tiene 16 años y tuvo que ser autorizado por su madre para hacer una declaración policial. El chico aportó datos contundentes que se convirtieron en sospecha. Esta información sumada a la que otorgaron familiares sobre el extraño comportamiento que tuvo Zavala durante las últimas semanas, dieron como resultado el pedido de una orden judicial de allanamiento para concretar la excavación. La vivienda donde ocurrió el hecho está ubicada en cercanías del cruce de las rutas 91 y 34, en Totoras. Los pobladores de esa ciudad no salen del asombro y muchos creyeron la versión de Zavala, un hombre sin antecedentes policiales, cuando dijo que "su mujer lo había abandonado". "En realidad en otras oportunidades lo había dejado, pero pensábamos que esta vez ella iba a volver como lo hacía siempre. El esposo no era un mal hombre y cuando contó la verdad por primera vez estaba triste", narraron familiares de la mujer fallecida. La madre de la víctima vive a pocos metros de la vivienda donde hallaron el cuerpo de su hija y contó a los allegados que "Zavala lloraba en visitas esporádicas y decía que Angela no iba a volver nunca más y que lo había dejado solo con los dos chicos". Fuentes de la investigación consignaron que el cuerpo de la mujer estaba enterrado a un metro de profundidad. "Tenía un neumático y algunas maderas sobre él. Entendemos que aprovechó la existencia de un pozo para arrojar el cuerpo y luego taparlo", relató esa fuente. El cuerpo de la mujer fue trasladado al Instituto Médico Legal de Rosario y la causa fue puesta a disposición del juzgado de instrucción en lo Penal del Distrito Judicial Nº 6 de Cañada de Gómez. Zavala fue alojado en calidad de imputado en la alcaidía de la Unidad Regional X de Cañada de Gómez. Alonso explicó que el cuerpo presentaba características de conservación natural, lo que permitió una primera observación respecto del crimen que luego será corroborada a través de estudios más rigurosos. "La mujer tenía prendas de vestir apretadas fuertemente en la cervical", informó.
| El pozo donde fue hallada la mujer, tras el abandono. | | Ampliar Foto | | |
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