Buenos Aires.- El cuñado de María Marta García Belsunce, Guillermo Bártoli, fue detenido ayer cuando viajaba en un buque rumbo a Montevideo, Uruguay, a pesar de estar involucrado en una causa penal en la que se lo investiga por la falsedad ideológica del acta de defunción de la mujer asesinada.
Bártoli es el miembro de la familia que firmó como autorizante en el certificado médico de defunción de María Marta, en el que consta que la mujer murió a raíz de un paro cardiorespiratorio no traumático, cuando en realidad había sido asesinada a balazos. El médico que rubricó ese documento quedó a su vez detenido anoche.
La causa se inició el martes último a raíz de una denuncia presentada por el director del Registro Civil porteño, Félix Pelliza, en la que acusó al médico a cargo de confeccionar el acta de defunción, Juan Carlos March, del delito de falsedad ideológica.
El médico cometió por lo menos dos irregularidades: asentó que la mujer murió en una vivienda de Junín al 1300, de la capital, cuando en realidad falleció en Pilar, provincia de Buenos Aires, y rubricó que "personalmente revisó el cuerpo" al diagnosticar un paro cardiorespiratorio no traumático cuando, luego se estableció, fue un asesinato.
Fuentes del caso explicaron que March fue detenido anoche en la localidad de Morón.
En el marco de la misma causa, efectivos del departamento de Delitos Complejos de la Policía Federal arrestaron a diez personas como sospechosas de cometer irregularidades en la confección de certificados de defunción.
Bártoli es el esposo de la media hermana de María Marta García Belsunce, Irene Hurtig, y fue uno de los primero familiares que llegó a la casa de la víctima tras el crimen.
El arresto se produjo pasadas las 13, cuando el hombre estaba a bordo del buque Atlantic III, de la empresa Buquebús, que se dirigía a la ciudad uruguaya de Montevideo. En ese barco Bártoli llevaba su automóvil particular, un Volkswagen Passat.
Por orden del juez en lo Criminal de Instrucción Julio Lucini, personal de Inteligencia de la Prefectura Naval Argentina hizo regresar el barco al puerto y, conjuntamente con policías de Interpol, llevó a cabo el arresto.
La detención de Bártoli se produjo pocas horas después de que el jefe de la Delegación de Investigaciones de San Isidro, comisario Aníbal Degastaldi, aseguró en distintos medios que la familia de María Marta está bajo sospechas en la causa en la que se investiga el crimen.
En esas declaraciones, el comisario dijo que era probable que en las próximas horas personas del círculo íntimo de la mujer fueran detenidas.
Pero el arresto de Bártoli, en este caso, no guarda relación con la causa penal iniciada ante la Justicia de Pilar, donde se investiga el asesinato de María Marta García Belsunce, explicó luego Degastaldi.
La mujer fue asesinada de seis balazos -cinco que le ingresaron en el cráneo y un sexto que le rozó la cabeza- el 27 de octubre último en su casa del Carmel Country Club, del partido bonaerense de Pilar.
Asesinato encubierto
El cuerpo de García Belsunce fue hallado con la cabeza sumergida en la bañadera del cuarto de baño en suite con su habitación, y la primera versión familiar y de por lo menos un médico que llegó al lugar fue que había sido víctima de un accidente al resbalar y golpearse contra los grifos.
Luego se estableció que, en realidad, María Marta había sido asesinada a balazos en el primer piso de su casa, tras ser atacada en la planta baja.
Durante la investigación del asesinato, iniciada recién a mediados de noviembre, luego de la exhumación del cadáver y la autopsia, se determinó que la escena del crimen había sido modificada y varias pruebas ocultadas.
Por el momento, los investigadores no han imputado a ninguna persona en la causa, aunque existen testimonios reveladores que indican que existió un encubrimiento de lo ocurrido.
Entre ellos figura el de uno de los médicos convocado al lugar, Santiago Biasi, quien aseguró que desde un principio informó que la muerte había sido un hecho violento y no un accidente.
El médico declaró dos veces en la causa y dijo que al llegar a la casa de la víctima tuvo la sensación de estar ante una escena "armada de antemano". (Télam)