Una de las mujeres que el jueves fue asaltada mientras conducía su auto por Paraguay y Amenábar (en inmediaciones de villa La Lata) recibió esa misma tarde tres llamados telefónicos en los cuales los delincuentes que le habían arrebatado la cartera con documentación y papeles personales le exigían la entrega de dinero a cambio de devolvérselos. La mujer accedió al riesgoso pedido y acudió en compañía de un familiar y con el dinero pactado hasta el lugar de la cita, pero ninguno de los maleantes acudió al encuentro ni tampoco pudo recuperar sus elementos. La protagonista de esta historia pidió expresamente que su identidad no fuera revelada esta vez, después del fuerte impacto que sintió al verse reflejada el viernes pasado en La Capital como víctima de tres jóvenes asaltantes. "Tal vez estos ladrones conserven mis documentos y tengo miedo de represalias", argumentó la mujer, una de las tres víctimas que el jueves en menos de cuatro horas y en la misma zona fueron asaltadas con idéntico proceder. El asalto ocurrió alrededor de las 14. Cuando aún no se había recuperado de la angustiosa situación e incluso no había regresado a su casa, la familia de la mujer recibió dos llamadas telefónicas. La primera fue recibida por el padre y la segunda por su hijo. En ambas comunicaciones se escucharon voces de varones muy jóvenes que insistían con hablar con la dueña de los documentos para devolvérselos. A esa altura la víctima ni siquiera había concluido con los trámites de la denuncia policial. Cuando la mujer asaltada ya había regresado a su casa, un tercer llamado a eso de las cinco de la tarde volvió a sonar. Eran los asaltantes que le exigían 50 pesos para devolverle la tarjeta de crédito, el carné de conductor, el DNI y otros papeles de escaso valor para los ladrones, pero muy importantes para su trabajo, entre los cuales había una agenda con direcciones y teléfonos. Los delincuentes dieron con el número de la víctima porque figuraba en la licencia de conducir. Estaban muy apurados y el motivo era porque hablaban desde un teléfono público. "Mirá que se me corta la llamada. Llevá 50 gambas y te devolvemos todo", le dijeron a la mujer antes de colgar. Alrededor de las 18.30, ella y un familiar fueron hasta la esquina de Rueda y Paraguay, donde debían encontrarse para hacer el "intercambio". Pero después de varios minutos nadie apareció. "Estuvimos un rato y nadie se nos acercó", contó con desazón.
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