Silvia Guidotti dirige una de las pocas galerías privadas que quedan en la ciudad. Pero, lejos de ser pesimista por la situación del mercado local, es optimista y ve salidas internacionales a mucho de lo que se produce. Guidotti se inició en la actividad cuando estudiaba en la facultad de arquitectura, en 1972. Como había cerrado la Universidad un semestre (se avizoraban épocas políticas muy duras), decidió ocupar su tiempo con un trabajo y así llegó al arte a través de un empleo en una galería. Tras recibirse de arquitecta, continuó trabajando allí, donde permaneció 21 años. "Por una elección personal -indica- decidí dejar de ejercer mi profesión para dedicarme a la proyección y difusión de la obra de arte. Años que fueron acompañados de un crecimiento cultural muy importante. Debo rescatar de esas décadas la evolución que se fue dando, entre el 70 y el 80. La gran cantidad de galerías que le daban al artista un lugar para mostrar su obra. Pero a partir de los 90, las galerías tradicionales van desapareciendo, por distintos motivos, y se inicia una etapa de espacios alternativos para exponer, que fueron creciendo junto con las necesidades de los artistas". En 1992, tras la muerte de la conductora de la galería Raquel Real, se quedó sin espacio y comenzó a estudiar la posibilidad de volver a su profesión o abrir uno nuevo. "No eran buenas épocas -asegura- pero con el apoyo de los artistas y el incondicional aval de mi marido, nació Arte Privado". Sobre la situación del mercado de arte en Rosario, Guidotti advierte que "fue evolucionando en distintas etapas pero la última década, más que evolución fue involución, ya que las ventas fueron decreciendo. Los 70 y los 80 fueron gloriosos, se vendía mucho, porque había un coleccionismo muy importante en la ciudad, que consumía obras de arte y también hacían un seguimiento del artista. Después eso fue cayendo no sólo por el tema económico sino porque fue desapareciendo una generación con una cultura plástica que acompañó a los artistas". Actualmente, según explica, la galería cuenta con una cartera de clientes y asesora permanentemente sus inversiones. "Vendo todo tipo de obra contemporánea -asegura-. Pero por lo general y por desconocimiento, a veces los rosarinos consumen solamente a los artistas que conocen o que han tenido mucha repercusión en el mercado y les cuesta adquirir obra de artistas emergentes, porque no la entienden o les falta información". En tanto, advierte que "los artistas rosarinos que se vincularon con galerías de arte, como la que dirijo, han logrado que su obra sea introducida en otros mercados, teniendo la posibilidad de difusión, comercialización y jerarquización". Con esta política, Guidotti comenzó a participar en ferias internacionales como ArteBa, Estampa y Exporoma, convencida en la necesidad de entrar en el mercado internacional. En cuanto a los proyectos para el 2003, cita la continuidad de su espacio en Rosario con la realización de muestras "de calidad" y la participación en Capital Federal en ArteBa 2003, Estampa (Madrid), Avignon (Francia) y Stampa (París), además de la realización de muestras individuales en Europa y la búsqueda de introducir obras gráficas en Alemania a través de galerías de Hamburgo.
| Silvia Guidotti vivió las alternativas del mercado. | | Ampliar Foto | | |
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