Hay una corriente de opinión que considera que el dólar está muy caro, porque los precios minoristas crecieron el 40%, los mayoristas 120% y el dólar 250%. No obstante, nadie resalta que los índices de precios están influenciados por la evolución de los servicios, con tarifas políticas, y que en los primeros 10 meses del año no registraron aumento. Por otro lado, el alto control de cambios hace que el valor del dólar sea ficticio. Nadie puede ingresar, sacar o comprar más de una determinada cantidad de dólares sin autorización del Estado, y las empresas privadas que tienen deudas en dólares en el exterior no pueden pagarlas sin autorización del gobierno.
Esto es todo un problema ya que en algún momento el gobierno deberá autorizar el pago de las deudas de las empresas privadas y esto derivará en un cambio automático en la demanda de dólares en el mercado, en donde el Banco Central no comprará agresivamente como ahora, sino que deberá estar preparado para vender fuertes cantidades.
Así, el dólar, lejos de tener un precio real, tiene un precio político que seguramente se irá reacomodando a la realidad de mercado y no vale la comparación con los precios.
La otra corriente
Otra corriente de opinión dice que el tipo de cambio debería estar en una paridad de 2,7, ya que la base monetaria es de 27.000 millones de pesos y las reservas se ubican en torno de u$s 10.000 millones. Esto es un grueso horror ya que no se contabilizan las monedas secundarias como Lecop y Patacón, que se usan para pagar impuestos, y menos aún el universo de monedas secundarias de todas las provincias. Por otro lado, se toman las reservas del Central pero no se tienen en cuenta los pasivos en letras que este mismo ente crea y cuyo monto asciende a u$s 1.000 millones.
Si se toma la base monetaria más las monedas secundarias, y se la divide por las reservas netas de las letras emitidas, el tipo de cambio no debería bajar de 4,00, cuando en el mercado por el efecto de los controles no supera los 3,60.
Más aún si se realizara un trabajo serio, se debería ir descontando de las reservas los vencimientos con los organismos financieros internacionales que aún no se enfrentaron. Entonces, el tipo de cambio de equilibrio se ubicaría muy cercano a 4,50 y seguiría en suba en la medida que se enfrenten estos pagos.
Decir que el dólar está caro es una falacia, el tipo de cambio real es muy alto, pero puede ser aún más elevado dadas las elevadas condiciones de incertidumbre reinante en la economía Argentina.
En el marco de un gobierno que carece de cronograma electoral, emite dinero sin respaldo, otorga la facultad a las provincias de emitir su propio dinero y cada presidente del BCRA dura en promedio 90 días, el dólar está barato.
Y eso que aún no se tuvo presente que los problemas de Brasil pueden llevar a que la Argentina devalúe su moneda al mismo ritmo que el real, ya que Brasil es el principal socio comercial y en los primeros 10 meses del año se perdió con ese país ventas por el 27%.
De seguir devaluándose el real, será más barato veranear en Río de Janeiro que en Mar del Plata. Así, quién puede asegurar que a 3,57 el dólar está recontra alto.