Al flamante ministro de Gobierno, Carlos Carranza, le toca estrenar su cargo casi en paralelo con las movilizaciones que se anuncian como recordatorio de los episodios que desembocaron en las caídas de Fernando de la Rúa y Adolfo Rodríguez Saá. "Tendremos una actitud persuasiva pero no vamos a tolerar hechos de violencia ni saqueos", advierte el funcionario. El titular de la cartera política trazó los objetivos de su gestión, reivindicó los cambios a la ley de lemas y la reducción de los Concejos Municipales de Santa Fe y Rosario. Carranza, en una entrevista con La Capital, también adelantó que habrá cambio de nombres en las subsecretarías que dependen de Gobierno y consideró altamente probable que el año próximo se aprueben mecanismos de democracia semidirecta. "La reforma de la Constitución provincial quedará para otra época, ahora se viene un año electoral y todos los manuales aconsejan no introducir modificaciones al calor de las disputas políticas", explicó. -¿Cuáles son sus objetivos principales? -El gobernador quiere que esta provincia siga siendo vanguardia, y para eso trabajaremos. Mi ministerio tiene la responsabilidad de lograr los mejores niveles de estabilidad institucional, con los otros poderes y con la oposición. Se trata de defender el pleno ejercicio de los derechos y garantías de los santafesinos, con un espíritu pluralista y de debate. -Se dice que usted llega para llevar a la práctica la reforma constitucional y la reforma política. ¿Es una lectura equivocada de algunos periodistas? -No. Es una conjetura apresurada... Desde ya, tenemos que adecuar la Constitución provincial a la nacional, implementando la autonomía, el Consejo de la Magistratura, etcétera. Hay que consensuar las innovaciones con todo el arco político para lograr una reforma trascendente. Ahora, que sea posible la reforma a la Constitución no quiere decir que sea probable, porque el año próximo será complejo desde lo electoral. Y todos los manuales aconsejan no hacer reformas estructurales cuando éstas pueden ser diluidas por las disputas políticas. La reforma constitucional debe quedar para épocas de mayor tranquilidad, aunque, insisto, la modificación de la Carta Magna es necesaria. -¿Comparte los cambios que se hicieron a la ley de lemas? -Sí. Es una mejora importante al texto originario. Las críticas de la oposición sobre el carnaval de boletas en cada elección tenía que ver con la facilidad para constituir sublemas. A partir de esta ley, un afiliado únicamente podrá avalar a un único sublema, con lo que se evita la superpoblación. Se había desvirtuado la norma hasta tal punto que los partidos políticos eran sublemas... Las críticas de la oposición son injustas pero, además, no proponen métodos alternativos. -El final debería ser la derogación de la ley de lemas. -Sería un retroceso que la oposición quiera la derogación para volver a las internas cerradas. Volver a la influencia de los aparatos, y ni hablemos de los oficialismos, vulnera la participación de la gente. La ley de lemas fue un gran avance para dejar de lado la cerrazón de la política; no es lo que se dice. En la elección previa a la ley de lemas había 14 mil candidatos; luego de la norma la cifra se duplicó. Los candidatos, tras el 91, llegaron hasta los 30 mil. Permite abrir el abanico, la participación de extrapartidarios. Esto es incontrastable. -Pero facilitó la participación del ARI trucho, de "clones", "ovejitas Dolly...". -Eso es injusto. Se corrige de otras formas, se trata de un mejor control, también de parte de los partidos políticos. La ley de lemas termina con el monopolio de los partidos a la hora de consagrar los candidatos. No es necesario ningún control partidario para participar de una elección. Además, Reutemann es producto de la ley de lemas. Uno de los candidatos que hoy tiene el justicialismo, o no, con mayor imagen positiva, intención de voto y que, tal vez, pueda ser alguna vez el presidente de los argentinos, es uno de los hombres que surgió por medio de esta ley. -Quedó al frente del control de la policía, un ámbito muy criticado a partir de la feroz represión que se ejerció en diciembre pasado. -Decidí que no se cubra el cargo de subsecretario de Seguridad porque la experiencia me indica que en este momento hay que tener línea directa con la policía. Me gusta enterarme de lo que ocurre a diario. El gobernador me autorizó por el momento, no es definitivo. -Se vienen movilizaciones, hay temor de la gente por eventuales saqueos y muchas versiones. ¿Se reforzó la seguridad? -Hay que defender por igual los derechos de todos los santafesinos: la libre expresión de peticionar, como también la propiedad. Y el derecho de máxima: defender la vida de las personas. Las directivas no han sido otras que las que están establecidas en el marco legal y en la ley orgánica de la policía, pero, fundamentalmente se irá evaluando el grado, intensidad y ejercicio eventual (esperemos que no) del ejercicio de la fuerza. Tendremos una actitud persuasiva, y en el supuesto de que haya actos de violencia la policía está autorizada a utilizar elementos de disuasión antitumulto. No está autorizada a utilizar armamento ni munición letal, pero no vamos a tolerar actos de violencia ni saqueos. Acompañamos a la población en los actos recordatorios, pero también queremos dejar en claro que la policía provincial y las fuerzas de seguridad nacionales están preparadas para actuar. -La gente recibió muy bien la reducción de los Concejos Municipales. ¿Se mantendrá este criterio? -Sí, absolutamente. -Falta "ajustar" la Legislatura. -Eso debe hacerse por medio de una reforma constitucional. O reducimos bancas o vamos hacia la unicameralidad, es una cuestión que está en debate. Pero la ley que redujo la composición de los Concejos, bajándolos a 21 en Rosario, permite que la ciudad esté muy bien representada, al igual que lo que sucede en la capital. Además, probablemente el año que viene se aprueben los mecanismos de democracia semidirecta mediante un proyecto que ya está en Diputados. -¿Habrá cambios en las subsecretarías que dependen de Gobierno? -Sí, habrá cambios. Estamos definiendo prioridades y perfiles, después vendrán los nombres. M.M.
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