Año CXXXVI
 Nº 49.691
Rosario,
sábado  14 de
diciembre de 2002
Min 21º
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cartas
Anomia moderna

Es por demás sabido que el árbol cumple en las grandes urbes con variadas, importantes e irremplazables funciones que le son propias y que vienen a ser una bendición más con las cuales nos beneficia la naturaleza. Entre las varias características se puede identificar en primer lugar a la la sombra reparadora en verano y que deja pasar los rayos del reconfortante sol en invierno. La belleza de sus verdes, suaves e intensos, es un regalo y un recreo indudable para la vista. De importancia particular es la función de purificar el aire, como parte de los espacios verdes de la ciudad. Los que desde siempre habitamos Rosario sabemos de estos beneficios. Con la educación que nos dieron nuestros padres y maestros aprendimos a hacer una práctica cotidiana del cuidado de las especies que adornan nuestra urbe. En Brown al 1900 tenemos unos treinta árboles, a muchos de los cuales hemos plantado, guiado, regado y cuidado para beneficio de los vecinos de la zona en particular y para los habitantes de Rosario en general. Días pasados en oportunidad de los arreglos previos a la apertura de un negocio de comidas, que se inauguró posteriormente, se talaron literalmente dos árboles que estaban en la línea de todos los árboles de la ciudad. No satisfechos con el daño causado, los responsables (o más bien irresponsables) vinieron en un camión, a las tres de la mañana, y con una motosierra cortaron uno, a pocos centímetros por debajo de la superficie (las raíces están intactas debajo de las baldosas, como mudos testigos del estrago). Pero la osadía y burla continuaron, ya que al día siguiente las mismas personas adornaron el frente del negocio con la corteza del pobre arbolito; otra burla para con los vecinos de Brown al 1900. No queremos terminar sin antes destacar que evidentemente los destructores impunes no viven en la zona. Viven en otra parte, en la cual seguramente disfrutan de los beneficios de los árboles. O no tenemos conciencia de la convivencia o directamente vivimos en un estado de anomia, anterior al estado de naturaleza de los teóricos de la sociología.
DNI 4.568.540


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