Año CXXXVI
 Nº 49.691
Rosario,
sábado  14 de
diciembre de 2002
Min 21º
Máx 29º
 
La Ciudad
La Región
Política
Economía
Opinión
El País
Sociedad
El Mundo
Policiales
Escenario
Ovación
Suplementos
Servicios
Archivo
La Empresa
Portada


Desarrollado por Soluciones Punto Com





cartas
Examen de ingreso al Politécnico

Somos los padres de una nena postulante para ingresar al Instituto Politécnico. Asistimos a la reunión previa al inicio del cursillo donde profesores y autoridades enunciaron lo que parecieron ser reglas claras, valorando la funcionalidad del cursillo como adaptación y nivelación para que todos los postulantes cuenten con las mismas posibilidades. En cuanto al ingreso irrestricto, más allá de estar de acuerdo o no, nos adecuamos a tal directiva. Nuestra hija asumió su proyecto de ingresar al Politécnico (del cual soy ex alumno) con responsabilidad y dedicación. Asistió a las clases del cursillo cumpliendo con todas las tareas requeridas. Dedicó tiempo y esfuerzo en estudiar y realizar prácticas de resolución de problemas de acuerdo a las evaluaciones de ingreso de años anteriores, al libro Prem 6 y lo dado en el cursillo. Y como ella, muchos, o todos los chicos que tuvieron como proyecto ingresar. Pero no podemos dejar pasar nuestro malestar. Acordamos en casi todo lo expuesto por la señora Claudia Rodríguez (8/12/02), y al igual que ella escribimos esta nota antes de saber si nuestra hija aprobó o no el examen. Pero no podemos ni debemos acallar nuestras voces ya que el resultado no cambiará la actuación de la institución. 1) Existió una marcada diferencia entre el nivel de complejidad de los problemas de la evaluación y lo dictado en el cursillo; 2) Esta complejidad mayor es también evidente con respecto a evaluaciones de años anteriores; 3) Si bien en la reunión informativa profesores y autoridades "vendieron" el cursillo como de nivelación, brindando igualdad de oportunidades, esto no fue así en la práctica. Resultó más evidente en la evaluación de matemática. Para concluir preguntamos: 1) ¿Es lícito tal nivel de exigencia cuando no fue planteado así en los cursillos dictados por la misma institución? 2) ¿Se querrá demostrar un nivel de excelencia educativa a costa de seleccionar veladamente a los que cuentan con posibilidades de prepararse en "ciertos institutos"? 3) ¿No es discriminatorio mostrar el dispositivo de los cursillos como de nivelación, siendo que en la práctica no brinda las mismas oportunidades a todos al exigir más en la evaluación final?
4) Teniendo en cuenta que los postulantes llegan de diferentes establecimientos educativos y que el ingreso es por orden de mérito ¿por qué exponer a niños de 11 años a un nivel de exigencia excesivo en la evaluación? 5) Si el colegio tiene determinada concepción de enseñanza y de aprendizaje, muy respetable por ciento, ¿no sería más coherente formar durante los años de escolarización dentro de la institución que evaluar de antemano con tal nivel de exigencia? Creemos que los profesores y autoridades tendrían que reflexionar sobre los costos morales y emocionales de quienes creyeron en un "juego" con igualdad de oportunidades para todos como se enunció.
Oscar Funes y Ruth Maciel


Diario La Capital todos los derechos reservados