Aunque sin ocasionar pérdidas, en la última campaña se confirmó la presencia por primera vez en Argentina de la roya de la soja, enfermedad parasitaria del cultivo a la cual favorece la alta humedad y temperaturas medias y con síntomas detectables en la hoja de la planta aunque, en ataques severos, pueden ubicarse en tallos, pecíolos y vainas. Esta enfermedad fue reportada por primera vez en Japón en 1902 y está ampliamente distribuida en los países orientales, siendo destructiva en zonas asiáticas subtropicales y tropicales, donde las pérdidas han oscilado desde un 10 a un 90%. En el continente americano apareció por primera vez en Paraguay en el año 2001, donde los cultivos afectados experimentaron defoliación masiva alrededor de 30 días antes de la madurez normal. En esa campaña también fue detectada en Brasil en aproximadamente 220.000 has estimándose pérdidas del 30% de la producción que rondaría los 13 millones de dólares. En la última campaña, aunque sin reportarse pérdidas, se observó por primera vez en nuestro país en la provincia de Misiones. Los primeros síntomas de la roya de la soja se caracterizan por pequeños puntos en las hojas de color grisáceo, que a medida que aumentan toman bordes angulares y coloración más oscura (de marrón claro a oscuro). En el envés de las hojas se observa en correspondencia con dichos puntos una protuberancia, al principio clara y luego oscura, con un pequeño orificio por donde saldrán las uredosporas. La cantidad de pústulas por manchas son variables. Las lesiones de la roya americana son marrón rojizas, las de la roya asiática prácticamente no producen coloración. Las lesiones se pueden observar luego en ambas caras de las hojas, pero son más numerosas en el envés. En ataques severos, las lesiones también se detectan en los tallos, pecíolos y vainas, produciéndose amarillamientos de hojas y desfoliación reduciéndose el número de vainas, el número de granos y el peso de los granos. La roya de la soja es un parásito obligatorio, cuya perpetuación depende de los hospedantes alternativos. La bibliografía especializada cita 90 especies de leguminosas, entre las más conocidas el lupino, el poroto manteca y el poroto común. Las epidemias más severas de esta enfermedad, a la cual favorecen la alta humedad y las temperaturas medias, se han observado con temperaturas diarias entre 16 y 24ºC con precipitaciones o largos períodos de mojado de hojas. El modo de diseminación de esta enfermedad es a través del viento y no es trasmisible por semilla. Se considera que las siembras más tardías pueden llegar a ser las más afectadas por roya, por la acumulación del inóculo de las siembras tempranas. Como alternativas de manejo de esta enfermedad se han detectado cuatro genes de resistencia en líneas introducidas (PI 200492, PI 230970, PI 462312 y PI 459025). En India, de 3.300 entradas sólo se detectaron 6 resistentes y, en China, de 8.000 entradas sólo 64, no existiendo en la actualidad inmunidad a Roya de la soja. Por otra parte, las aplicaciones foliares con fungicidas de principios activos triadimefon y mancozeb, cuando aparecen los primeros síntomas, han resultado positivas en China, Tailandia e India.
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