cartas

Gracias al Centenario

Mientras transcurría el 15 de noviembre de 2002 por la tarde, después de haber pasado tres días con fuertes dolores en el pecho, síntomas inconfundibles de infarto, los médicos de emergencia decidieron el traslado para mi internación en una unidad coronaria de un hospital público. Pensé en un sufrimiento peor que el de aquellos dolores. Hoy, a más de 20 días de aquel episodio, estoy en mi casa, recuperado totalmente y con la alegría de haber sido atendido por verdaderos especialistas, no solo en cuanto a lo científico y tecnológico, sino también en lo que más nos cura a los que padecemos alguna enfermedad, que es esa dosis de amor que todos aportan en el Hospital Centenario. Gracias al cuerpo médico en general, por ser tan humanos; gracias a todo el personal, por hacer que los momentos difíciles se transformen en fáciles.
Héctor Lorenzo