| | Ingreso restricto: ¿otra vez sin plan?
| José Rosenzvit (*)
Una de las costumbres que dejó la furia neoliberal de la década pasada es la confianza de los dirigentes en general en que el "mercado" resuelve todo. Se devaluó sin plan, se negocia con el FMI sin plan sustentable y se pretende restringir el ingreso a la facultad de medicina de la UNR barajando números al azar. Veamos: 1) Está claro que la formación del recurso humano universitario debe tener un número determinado, racional. Pero llevarlo a 500 como se planteó: ¿en qué estudio se basa?; ¿no serían necesarios decenas de médicos para atender las demandas de, por ejemplo, el medio millón de personas que en nuestra ciudad se amontonan en los hospitales a la espera de un turno?; ¿no serían necesarios médicos para prevenir las absolutamente evitables y atroces muertes por desnutrición que nos sacuden por estos días? 2) Durante la dictadura militar hubo un cupo de 200 alumnos por año. Puedo asegurar, porque cursé en esa época, que la calidad educativa no mejoró nada; al contrario, la restricción al ingreso fue de la mano con la destrucción de hospitales públicos como el Centenario. Asimismo, cuando los epígonos del ingreso limitado se explayan, aparece por arte de birlibirloque el arancelamiento, porque tienen esa compulsión liberal a la destrucción de todo lo público. 3) El tema del presupuesto universitario a esta altura de los acontecimientos es cuanto menos irrisorio: en nuestro país, donde se permitió la violación más alevosa a la propiedad privada como es el corralón, aceptando que se fugaran miles de millones de dólares de los ahorristas; donde se pagaron en lo que va del año 4.500 millones de dólares de intereses de deuda mientras el FMI nos humilla, plantear que no alcanza el presupuesto para atender alumnos es, siendo generosos, deshonestidad. 4) Se ha manejado un número falso y tendencioso de médicos por habitante: los 6.500 médicos matriculados en el colegio de la 2ª circunscripción atienden no sólo al millón de habitantes de Rosario sino todo el sur provincial. Así, para una población aproximada de 1,5 millones, habría un médico cada 230 habitantes, que no es óptima pero es mejor que 1 cada 153, como se demoniza. 5) En nuestra ciudad hay dos universidades privadas que enseñan medicina: ¿los que puedan pagarse costosos estudios podrán ingresar a voluntad? 6) Actualmente, en todo el mundo se propugna la figura del médico de familia. La concepción es que el profesional esté cerca de la gente para cumplir una función básicamente de promoción y prevención de la salud, intentando evitar en lo posible que la población enferme. En Argentina, los criterios economicistas bastardearon el significado del médico familiar, transformándolo en un "todólogo" u "ochentaporcientólogo", algo así como un supermédico que atiende todas las especialidades básicas, frenando de esta manera el ingreso al sistema de salud para gastar menos y por consiguiente más ganancias para quien administra, y también menor inversión. Pues bien, si decidiéramos planificar un sistema de salud moderno, se necesitarían inexorablemente de gran número de médicos auténticamente de cabecera. En fin, ingreso limitado, de acuerdo. Pero definamos al mismo tiempo cuántos médicos se requieren, en qué plan de salud van a actuar, cuántos hospitales y cuál complejidad; qué atención primaria; cuál presupuesto para salud y cuál para educación. Mientras tanto atendamos a todos esos jóvenes que en la Argentina de hoy, conociendo la dura realidad que atraviesan los médicos, quieren hacer una carrera universitaria abnegada y sin perspectivas de enriquecimiento personal, en lugar de hacer colas en las embajadas buscando lejanos horizontes. (*) Médico
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