Oscar Lehrer / Ovación
En el básquetbol de nuestra ciudad cada vez son más los incidentes y cada vez son menos las medidas de seguridad que se toman para evitarlos. Para estas semifinales están habilitadas todas las canchas y no hay obligación de contar con control policial (los clubes no quieren pagar los policías adicionales), hecho que facilita las cosas. Toda la gente del ambiente basquetbolístico de la ciudad sabía de antemano que se iban a producir incidentes -cosa que verdaderamente ocurrió- en los juegos semifinales entre Talleres y Ciclón y Temperley con Los Rosarinos Estudiantil. El primero no terminó y el segundo tuvo un final tumultuoso, incluso con peleas en la calle. Pero nadie, principalmente los dirigentes, tomaron las medidas necesarias para que esos inconvenientes no se produjeran. Pero los incidentes no son únicamente en las divisiones superiores, ya que en las intermedias también son permanentes los problemas. Lo curioso del caso es que en la mayoría de los clubes donde se producen incidentes, sus dirigentes son integrantes del consejo directivo de la Rosarina. ¿Y qué hacen para evitar estas cosas? La verdad que nada, porque en algunos casos son promotores y protagonistas de los hechos. Y esto todavía no terminó. Falta la resolución sobre los incidentes de Talleres RPB y Ciclón, y se viene la final del ganador de este juego con Estudiantil. Y como si esto fuera poco tiene que comenzar la final de la divisional B entre Tiro Suizo y Saladillo; un encuentro, según enfrentamientos anteriores, con antecedentes nefastos. Todavía, si los dirigentes se ponen de una buena vez los pantalones largos, se está a tiempo de ponerle punto final a estas cosas. ¿Pero habrá interés en hacerlo? ¿O hay dirigentes que quieren seguir corriendo a la gente de las canchas y hacerle más daño al ya desmejorado básquet local? Por favor señores, demuestren que están capacitados para dirigir esta actividad y para ponerle punto final a estos hechos.
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