| | Demuelen tres pabellones de famosa cárcel brasileña
| Siete segundos fueron suficientes para destruir tres de los siete pabellones de Carandirú, la mayor cárcel de América latina, luego de que el gobernador del estado de San Pablo, Geraldo Alckmin, accionara ayer la carga de dinamita. Unos 250 kg de explosivos fueron necesarios para echar por tierra los pabellones de esta penitenciaría, considerada un verdadero infierno no sólo por los condenados que allí cumplían sus penas, sino por funcionarios, autoridades y periodistas. Caracterizada por fugas y rebeliones, la Casa de Detención del Carandirú quedó marcada por la masacre de 111 presos rebelados del pabellón nueve -uno de los tres detonados- el 2 de octubre de 1992. El complejo penitenciario fue desactivado el pasado mes de septiembre. (AFP)
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