Avenida Perón al 7400

20 mil kilos de cereal robado, en una panadería

Apresaron al encargado del local, quien no pudo demostrar la procedencia de bolsas de trigo, maíz y soja

Muchas veces la crónica policial hace referencia al robo hormiga de cereales perpetrado contra camiones y trenes que llegan a los puertos de la zona. Pero en contadas oportunidades los investigadores pueden seguir los caminos que el cereal recorre una vez recolectado de las rutas o las vías donde va cayendo una vez que los bolseros abren las boquillas de las tolvas. Sin embargo, la Brigada de Investigaciones logró este fin de semana cerrar uno de los tantos círculos que se originan en este tipo de delito y, además de detener a un panadero de la zona oeste en cuyo comercio presuntamente se reducía cereal robado, secuestrar 20 toneladas de granos.
Según trascendió de fuentes policiales, el allanamiento se realizó en la panadería Luján, de Presidente Perón 7495, a pocos metros de la avenida de Circunvalación, un camino donde el robo a los camiones cerealeros es casi una constante. En el procedimiento fue apresado el encargado del local, identificado por los investigadores como Nelson Lipari, de 22 años, quien quedó a disposición del juzgado de Instrucción número 7 imputado del delito de robo y del juzgado Correccional número 2 por el delito de encubrimiento.

En bolsas y a granel
Para sorpresa de los policías que llegaron al lugar la tarde del sábado, dentro de la panadería había 257 bolsas de nailon de 40 kilos cada una (10.280 kilos) en las cuales se almacenaba trigo, maíz y soja. Asimismo, en un galpón contiguo hallaron un acoplado de camión abandonado con una carga aproximada de 10 mil kilos de maíz molido para panificación.
Fuentes policiales dijeron a La Capital que el robo hormiga de cereal conforma una verdadera cadena delictiva que deja ganancias a todos los que intervienen. Todo empieza cuando los boquilleros o bolseros abren las tolvas de camiones o trenes cargados de cereal para que los granos se desparramen en el camino. Tras ello llenan bolsas de 50 kilos que venderán en los denominados puertos secos a unos 15 pesos cada una.
Esos lugares son sitios seguros donde se almacena el cereal hasta su colocación , ya sea blanqueándolo para reingresarlo al mercado granario o vendiéndolo a precios irrisorios en comercios minoristas donde se lo industrializa.