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Ley de lemas: asalto al poder

La promulgación de la reforma a la ley de lemas por parte del gobernador Reuteman demuestra una vez más la falta de escrúpulos del partido que gobierna Santa Fe y la debilidad del gobernador frente a la mafia justicialista que dirige los destinos de "la invencible", tratando de convertirla en "la invisible provincia de Santa Fe". La vergonzosa forma en que legisladores y presidentes comunales increparon "al Lole", para que firme la tramposa ley, se parece más a un apriete de barras bravas que a un serio debate político para responder a los reclamos de la gente. Un hombre que aparentaba no ser víctima de las presiones terminó siendo un juguete de politiqueros baratos que viven día a día pensando sólo en perpetuarse en el poder. Lamentablemente, la gente no entiende mucho cómo funciona todo esto, entonces recurre a lo que le parece mas lógico que es el voto bronca, sin apreciar que precisamente ese es el juego que más le conviene a aquellos que les roban las ilusiones y el futuro de sus hijos. Hoy el gobernador Reutemann, que muchos creíamos que era la reserva moral de la política argentina, se ha convertido por acción o por omisión en otro ladrón de esperanzas, lo que debe merecerle el más enérgico repudio de la sociedad toda. Debemos dejar de ser corderos rehenes de un grupo de inescrupulosos delincuentes de guante blancos y de una vez por todas los santafesinos tenemos que ponernos los pantalones largos y romper con la hegemonía de esta gente. Tal como el cacerolazo del pasado 20 de diciembre echó del poder a un gobierno inepto, en este diciembre el pueblo de la provincia debería echar a patadas a los diputados que votaron esta ley. Y como mensaje a toda la gente común, partidos políticos, organizaciones intermedias y no gubernamentales que se encuentran disconformes con este sistema les pido que se unan y que momentáneamente dejen de lado algunas diferencias, a favor de un bien común que es el respeto a discrepar a pensar distinto, a creer que hay salida y entonces votar todos para un mismo lado que es contra estos maniqueístas de la política provincial.
Miguel A. Siciliano