Antes de fotografiar, los alumnos ciegos de Amancio Alem se guían por un sistema que él inventó, cortando imágenes de una caja entera de fotos que tenía guardadas en su casa. "Armé figuras de todo lo que se puede tocar en la vida cotidiana y con un sistema de escuadras, cada ciego arma su foto y proyecta su imagen mentalmente. Forman la superficie de la foto, explican el plano y la profundidad. El hecho de que tengan una idea previa les facilita tomar la imagen posterior", indicó. "Una vez que toman las fotos -añadió-las analizamos a través del tacto. Así ellos saben si lograron lo que buscaban, si los llena, si el acto y el momento fotográfico es lo que buscaban". "Usamos todos los parámetros físicos que hay, desde el cordón de la vereda, una pared, una baranda, la escalera. Hicimos fotos de la costanera santafesina y su punto de fuga fue la baranda", señaló. El reportero indicó que aunque sus alumnos -de todas las edades y no solamente ciegos de nacimiento- no ven lo que fotografían, saben lo que sacaron a través de su opinión. "Hago mucho hincapié en la parte expresiva más que en la técnica, porque quiero que puedan desarrollar y transmitir sus emociones libremente", explicó.
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