Washington.- El gobierno de EEUU presiona al jefe de inspectores de armas de la ONU para que estimule a los científicos iraquíes de armamento a que abandonen el país y se les ofrezca asilo a cambio de que revelen lo que sepan sobre armas de exterminio masivo, dijeron ayer funcionarios en Washington. Asesores de la Casa Blanca han estado discutiendo el tema con Hans Blix y otros miembros de su equipo de inspección de armas de la ONU que tienen la tarea de encontrar evidencia de los programas de armas químicas, biológicas y nucleares que supuestamente desarrolla Irak.
Una cláusula de la resolución aprobada por el Consejo de Seguridad de la ONU el mes pasado exige a Irak que conceda acceso irrestricto a individuos para ser entrevistados y permitir a los inspectores separarlos junto a sus familiares para conversar sin la presencia de funcionarios del gobierno iraquí. A los funcionarios estadounidenses les gustaría que Blix utilice todos los recursos de la resolución del Consejo de Seguridad de la ONU para obtener acceso a los científicos. "Por supuesto que estamos muy preocupados por la seguridad, el bienestar y la no intimidación de aquellas personas que quieran cooperar con la Unmovic", dijo Sean McCormack, portavoz del Consejo de Seguridad de la Casa Blanca, refiriéndose a la unidad de armamento conocida como Comisión de Inspección, Verificación y Monitoreo de la ONU. "Tomamos este asunto muy seriamente y le concedemos gran importancia", dijo. "Y esperamos que la comunidad internacional también conceda la misma importancia al asunto".
El gobierno del presidente George W. Bush ha presionado a los inspectores para que realicen tareas más intensas a fin de descubrir evidencia sobre armas prohibidas en Irak. En la primera semana de inspecciones (se examinaron 13 instalaciones), no se encontró evidencia que respaldara las denuncias estadounidenses de que Irak posee armas químicas y biológicas y que trata de desarrollar armas nucleares. Irak tiene también prohibido desarrollar misiles balísticos.
Protección de testigos
Washington está ofreciendo crear lo que sería un programa de protección a testigos para científicos iraquíes desertores, bajo la presunción de que el presidente de Irak, Saddam Hussein, podría ordenar la muerte de esos científicos y sus familiares si se descubre que han cooperado con los inspectores. "En vista de los brutales antecedentes de Irak para la intimidación de testigos, que incluyen la prisión, tortura y muerte , esta es una herramienta clave para que los inspectores se aseguren del desarme de Saddam Hussein", dijo el portavoz de la Casa Blanca, Ari Fleischer.
EEUU ha estado presionando durante meses por el tema de los científicos iraquíes, pero el asunto salió nuevamente a la luz cuando la asesora nacional de seguridad de Bush, Condoleezza Rice, se entrevistó con Blix en Nueva York. Blix dijo esta semana: "Convenimos en que en el pasado hubo intimidación y creemos que es algo bueno que la resolución establezca que tenemos el derecho de entrevistar a gente en privado y haremos uso de ese recurso".
Pero Blix ha dicho muchas veces, incluso antes de que se aprobara la resolución de la ONU el 8 de noviembre, que enfrentaría "enormes dificultades prácticas" para sacar a científicos y sus familiares de Irak para ser entrevistados, "a menos que haya cooperación de la parte iraquí".
Los ojos puestos en Saddam
Irak entregará hoy a la ONU varios miles de páginas de documentos (calificados por EEUU como una guía telefónica), que se esperan digan que Bagdad no tiene armas de exterminio masivo, una afirmación que Washington ya ha rechazado con acritud. Un equipo de 15 expertos está preparado en la sede de la ONU para cotejar los datos que divulgue Irak con las bases de datos del organismo internacional.
Los altos asesores de seguridad nacional de Bush se reunieron el jueves en la Casa Blanca para discutir la esperada declaración iraquí y planear cómo responder. Asesores dijeron que copias del documento iraquí serán enviados a la CIA, el Departamento de Defensa, el Departamento de Estado, el Consejo Nacional de Seguridad y otras agencias que se ocuparán de analizarlo.
Fleischer no descartó que, si el análisis del documento -que puede llevar semanas- concluye que Irak oculta información, Washington pueda considerarlo una "flagrante violación" del mandato de la ONU, lo que abriría la puerta a una acción militar. (Reuters)