Caracas. - La huelga general de la oposición contra el presidente Hugo Chávez apunta a su definición en la vital industria petrolera, con la paralización de media docena de buques del sector y de una enorme refinería. El presidente Hugo Chávez reaccionó ordenando la militarización de las instalaciones de la empresa estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA) y dando vía libre a la actuación callejera de los temibles "círculos bolivarianos". Pero el efecto de la medida resultó en una agudización del conflicto en el sector petrolero y el llamado a la continuación del paro general para hoy, por quinto día consecutivo.
Las tripulaciones de seis buques cisterna venezolanos se sumaron a la huelga general contra Chávez, incluyendo una embarcación encargada del suministro a Cuba, país aliado del cuestionado presidente. Chávez amenazó con prisión a los tripulantes de la flota petrolera que se sumen a la huelga.
La acción de las tripulaciones colocó el conflicto contra Chávez en una situación explosiva y en una inminente paralización de la distribución de combustible en el país. Un primer buque, cargado con millones de litros de nafta, fue anclado la noche del miércoles en el lago de Maracaibo y su capitán, Daniel Alfaro, anunció que se sumaba a la huelga. La acción fue respondida por Chávez, quien ordenó una operación comando para recuperar el control del buque. "El capitán, en un acto de piratería, se adueñó del buque. Ya estamos recuperando ese buque con una operación comando de la Armada", afirmó Chávez en un mensaje por cadena nacional de radio y televisión. Pero desde la noche del miércoles hasta las primeras horas de ayer, otros seis buques se habían sumado a la huelga.
El gobierno trata de convencer al país de que el suministro de combustible está garantizado, pero empresas distribuidoras informaron que comenzó a escasear la nafta en Caracas. Venezuela es el quinto productor mundial de crudo.
En su intervención por la cadena de radio y televisión, Chávez ordenó la militarización de las instalaciones petroleras. Mientras dirigía el mensaje, tropas del Ejército y de la Guardia Nacional (policía militarizada) tomaban posiciones en la principal sede de PDVSA en Caracas, así como en otras instalaciones de la gigantesca empresa, la mayor petrolera latinoamericana.
El analista Luis Vicente León, director de la consultora Datanálisis, consideró que "se ha llevado a una nueva dimensión la paralización convocada. Chávez como que nunca supo de la dimensión, del «monstruo» que significa la industria petrolera, con sus sindicatos y sus ramificaciones. El sólo quería tener control sobre la clase obrera y olvidó una clase gerencial que es la que ahora está incidiendo en contra de su mandato", remarcó. "Cuando el gobierno amenaza con militarizar a PDVSA refleja la inmanejabilidad de la situación. Y la situación del gobierno es la más inquietante y más peligrosa que ha tenido en los cuatro paros" opositores.
La huelga general, que busca obligar a Chávez a someterse a unas elecciones adelantadas, llegó ayer a su cuarto día. Y ante la militarización, se decretó continuar la medida también hoy. La ocupación de PDVSA parece haber tenido un efecto contrario al buscado, al agudizar la medida de fuerza. Los trabajadores del enorme complejo refinador Amauy-Cardón, que procesa 800.000 barriles diarios, declararon al mediodía que las operaciones estaban paralizadas.
Chavistas bloquean marcha
Los "círculos bolivarianos" se concentraron desde la madrugada alrededor de la sede principal de la empresa Petróleos de Venezuela (PDVSA) en Caracas, donde debía llegar una marcha opositora que respalda una huelga nacional en Venezuela. El grupo encabezado por Lina Rom, la jefa de los "bolivarianos" y el alcalde oficialista del municipio Libertador, Freddy Bernal, se apostó en el lugar cuando aún no despuntaba la luz del día para rechazar "la paralización de la industria petrolera".
Los chavistas utilizaban grandes espejos para reflejar la luz hacia las cámaras de televisión y dificultar la grabación y se mantenían a la espera de la llegada de los opositores, a quienes en otras oportunidades han confrontado con extrema violencia. Ante este cuadro, los líderes opositores ordenaron desistir de marchar hasta la sede de PDVSA.
En el interior del país, en tanto, también continuaron por cuarto día las protestas opositoras. En varios casos el periodismo que las cubría denunció haber sufrido la violencia de los grupos bolivarianos. El caso más grave se verificó en la ciudad de Barquisimeto: allí ocho trabajadores de prensa resultaron heridos por los "bolivarianos", sin que la policía presente hiciese nada para impedirlo, según informó el diario El Nacional. (DPA y AFP)
La Ciudad
