Bagdad. - El presidente de Irak, Saddam Hussein, quiso ayer mostrarse conciliador con la ONU y solicitó a sus conciudadanos que les den una oportunidad a los inspectores de armas para demostrar que el país no posee armas de destrucción masiva, aunque a la vez advirtió que la paciencia de los iraquíes no es ilimitada. "Su paciencia es buena, mis queridos camaradas, así como la paciencia del extraordinario pueblo iraquí expresada a través de ustedes, pero su ira y resolución son también grandes cuando es necesario", dijo en un discurso ante miembros de su partido y funcionarios de gobierno, que fue retransmitido por televisión.
Se trata de las primeras declaraciones del líder iraquí desde que los inspectores de armas de la ONU comenzaron sus actividades, la semana pasada. Saddam pidió a los iraquíes que tengan más paciencia y aseguró que acepta las inspecciones de armas "para evitar daños a su gente". El miércoles, el vicepresidente iraquí, Taha Yassin Ramadan, culpó a los inspectores de cometer actos de espionaje para EEUU e Israel y dijo estar convencido de que su país será atacado.
Abogado de la causa palestina
Saddam se convirtió también en abogado de la causa palestina, a la que dedicó el epílogo de su discurso, asegurando que tanto los iraquíes como los palestinos se enfrentaban a la "alianza sionista-estadounidense". "Irak y Palestina se enfrentan a dos imágenes de la humanidad, la de las capacidades de un pueblo que depende de Dios y la de un despotismo criminal y sórdido personificado por la alianza sionista-estadounidense", dijo.
Los directores de los dos equipos de inspectores en Bagdad, Dimitri Perricos, de la Comisión de Vigilancia, Verificación e Inspección de la ONU (Unmovic), y Jacques Baute, de la Agencia Internacional de Energía Atómica (Aiea), rechazaron las acusaciones de espionaje. Ambos abandonaron ayer Bagdad para presentar sus informes en sus respectivas sedes, en Nueva York y Viena.
El grupo de inspectores descansará por unos días de sus actividades en Irak, ya que sus acompañantes iraquíes tienen tres días libres con motivo de Eid el Fitr, la festividad con la que el mundo musulmán celebra el fin del Ramadán.
En tanto, Ari Fleischer, portavoz del presidente George W. Bush, aseguró que EEUU tiene pruebas sólidas de que Irak está en posesión de armas de destrucción masiva, pese a que Bagdad lo niega y que los inspectores de la ONU no han hallado hasta ahora nada". Fleischer agregó que se trata de informaciones secretas sobre las cuales no es posible dar detalles.
Tanto Bush como el secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, han mostrado en reiteradas ocasiones su convencimiento de que Irak, a pesar de que lo niega, dispone de armas de destrucción masiva. Fleischer puntualizó que ni Bush ni Rumsfeld harían tales afirmaciones si no tuvieran la certeza de que responden a la verdad. El propio Bush reiteró ayer que Saddam debe desarmar a su país y agregó que los inspectores no están en Irak para "jugar a las escondidas".
La resolución 1.441 del Consejo de Seguridad de la ONU exige que Irak entregue, antes de este domingo, un informe sobre la situación actual de sus programas de armamento. Bagdad ya ha anunciado que cumplirá este requerimiento incluso un día antes, el sábado. Al respecto, el ministro de Relaciones Exteriores británico, Jack Straw, estimó "poco probable" que Saddam presente mañana una declaración exacta de sus armas, pero que eso no bastará para provocar una guerra.
EEUU convoca a reservistas
En tanto, el Departamento de Defensa estadounidense quiere movilizar a 10.000 reservistas en los próximos días, según publica el diario The New York Times. Semejante movilización de efectivos serían destinados tanto a EEUU como a misiones en el exterior en caso de una campaña militar. En el caso de que Bush decida lanzar un ataque contra Bagdad, se calcula que podrían incorporarse a los cuarteles un total de 265.000 efectivos entre reservistas y miembros de la Guardia Nacional. Un número semejante se movilizó en la primera Guerra del Golfo, en 1991.
En tanto, el portaaviones Harry S. Truman partió ayer con ocho barcos de apoyo desde el puerto de Norfolk, Estado norteamericano de Virginia, en dirección al Mediterráneo y el golfo Pérsico. A bordo de las embarcaciones se encuentran más de 8.000 soldados. El Truman debe reemplazar al portaaviones George Washington, que se espera regrese a fines de diciembre a EEUU. La misión de un portaaviones dura por lo general seis meses. En caso de que se registrara una acción militar contra Irak, el Truman participaría en ella. (DPA, AFP y Reuters)