Marcelo Menichetti / La Capital
Mambrú, el grupo musical surgido de la edición 2002 de "Popstars", desembarca hoy en Rosario para ofrecer un show, a las 21.30, en el estadio cubierto de Newell's Old Boys. Emanuel Ntaka, Germán Tripel, Gerónimo Rauch, Milton Amadeo y Pablo Silberberg, los ganadores del reality show de Telefé que se inició con un casting del que participaron 4 mil adolescentes y que, con el tema "A veces", se convirtieron en el mayor éxito comercial de la escena pop argentina en el último tramo del año. Con siete shows a sala llena en el teatro Gran Rex de Buenos Aires, el quinteto reunió a más de 25 mil ululantes fans y en las bateas de discos superó largamente las cifras que consagran el disco de platino. Aún sorprendidos por el fulminante éxito que alcanzaron, los artistas iniciarán esta noche en Rosario una gira por el interior del país con la que esperan recorrer la senda abierta por sus primas hermanas mayores, las chicas de Bandana, el primer producto de la factoría de Gustavo Yankelevich. Por surgir de un casting, el grupo no cuenta con las experiencias que viven la mayoría de los conjuntos antes de la fama. Sin embargo, los integrantes de Mambrú, en diálogo con La Capital, advirtieron que, a pesar de que hace menos de seis meses que se formó el grupo, la mística existe. "Somos conscientes de que nuestra realidad es diferente a la de otros conjuntos, porque no pasamos por el proceso que pasa toda banda", admitió Tripel, quien antes de sumarse a Mambrú se ganaba la vida como profesor de educación física, y agregó: "Somos cinco chicos que salimos de un casting. Somos un producto que está hecho para esto, pero no creo que eso le reste alma al grupo". El compromiso de las nuevas estrellas con la productora RGB que los llevó a la fama fue sintetizado por el cantante en una sola y contundente frase: "La tele nos dio la oportunidad de que seamos conocidos por todos y no podemos renegar de ella". Enancados en un éxito que ni siquiera imaginaban que los podía rozar, los chicos de Mambrú tratan de ponerse a tono con la circunstancia y no desairar a las legiones de adolescentes que los acosan desde que aparecieron por primera vez en escena. "Yo era una persona muy descreída y vivía la crisis que pasamos todos, como la que pasa hoy en la Argentina, donde la gente está perdiendo su capacidad de soñar", comentó Rauch, quien se ufana de ser músico y actor, y siguió: "Lo que cambió en mí después de haber sido uno de los elegidos es que tengo el privilegio de hacer lo que me gusta. No estamos exentos de la crisis porque la realidad es para todos". "Yo también soy consciente porque que antes soñaba con tocar en un estadio lleno y hoy lo puedo hacer. Cuando te pasa, es totalmente distinto porque hay cosas que no te podés imaginar que las vas a tener y hoy las tenemos. Es genial", acotó Silberberg, lejos ya de las épocas en las que lideraba una banda de heavy metal. Ntaka, otro de los tocados por la varita mágica de "Popstars", fue más drástico: "Es un cambio de vida, es como volver a nacer en un mundo perfecto". Amadeo, el quinto "Bandano", se sumó al coro de opiniones sobre la fama explosiva que consiguió Mambrú. "Creo que las chicas gritan porque les gusta lo que hacemos, pero de allí a sentirme un ídolo.... no", se atajó el bahiense que se confiesa admirador de Paul McCartney y agradecido por la oportunidad que le dio haber participado del reality show. Poniendo paños fríos a tanta euforia, Silberberg enfatizó que los Mambrú no se marean con el éxito. "Creo que el elogio que me gustaría escuchar sería el de otro músico que diga: «Este chico es muy talentoso». Eso me haría sentir muy orgulloso", reflexionó en voz alta el muchacho. En un mundo del espectáculo regido por la frialdad de las cifras la performance de Mambrú responde a los parámetros exigidos: llena salas y vende discos. Nadie le pide más.
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