| | Editorial Repensar a los hospitales públicos
| La profunda crisis socioeconómica que sufre el país desde hace más de un año tiene diversas aristas para considerar y mensurar. Una de ellas está vinculada al área de salud de la población, expectativas de vida y cobertura social. En este sentido, el informe publicado este domingo por La Capital dando cuenta de que en Rosario y su zona de influencia más de 500 mil personas no tienen obra social y dependen de los hospitales públicos puso de manifiesto con cifras el estado de deterioro del entramado social. Paralelamente, sitúa en un primerísimo plano el rol de los centros asistenciales públicos de salud, obligando a repensar o reformular su función mientras persista este contexto. Tal como se venía anticipando por otros relevamientos, el sector más vulnerable se ubica en la franja de personas de 20 a 30 años, que han dejado de gozar del beneficio de la obra social que poseían sus padres y no han tenido posibilidades de insertarse laboralmente. Siete de cada diez jóvenes de entre 20 y 24 años, alrededor de 100 mil, están desprotegidos. Paradójicamente, el informe revela que los mayores de entre 65 y 69 años son los que tienen múltiples coberturas, en un 95 por ciento, y esto tiene que ver con políticas prestacionales dirigidas hacia ese sector, tal como se lo destaca. Desde luego, se supone que esta coyuntura de alto nivel de desocupación ha llegado a su cima y deberá declinar. Pero hasta que ello suceda o hasta tanto no se observan datos incontrastables de recomposición, los hospitales públicos seguirán siendo la única tabla donde podrán aferrarse los excluidos del sistema. Por lo tanto, el acierto en las políticas que se implementen hacia los mismos, tanto desde la esfera provincial como municipal, será determinante en la expectativa de vida de la población. Y esto implica concretamente revisar constantemente los recursos que se asignan a cada uno de ellos, sean profesionales, instrumentales o de mantenimiento edilicio. Como también niveles de remuneraciones y de eficiencia en servicios. Los hospitales públicos de Rosario deben asumir una responsabilidad para los que no fueron diseñados. Precisamente, por esa encomiable política sanitaria paliativa han recibido recientemente elogios de la Organización Panamericana de la Salud (OPS). Sostenerlos, protegerlos y fortalecerlos implica nada menos que estar garantizando el derecho a la salud de medio millón de santafesinos.
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