Los casos de abuso sexual contra mujeres y niños de ambos sexos son más frecuentes en Bahía Blanca de lo que se pensaba, según los resultados de una campaña que realiza la Subsecretaría de Salud municipal, ya que en uno solo de los centros de atención se detectó que el 38 por ciento de las mujeres que concurrieron a consulta por otros problemas, habían sido abusadas en su infancia.
"En el primer trabajo nos encontramos que en 138 casos, las mujeres consultaron en la unidad sanitaria por temas diversos como depresión, angustia y trastornos de alimentación, todos diferentes a lo que puede ser el mal trato, la violencia o el abuso, pero resultó que el 38 por ciento había sido abusada sexualmente en la infancia", reveló Guillermo Quevedo, médico de la Subsecretaría de Salud municipal.
El facultativo desarrolla tareas de coordinador barrial en la denominada área 4 y elaboró un informe para su jefatura, tras una campaña municipal para detectar trastornos sociales principalmente en sectores alejados del radio céntrico.
"Aquí, en Bahía Blanca estamos observando por los medios de información, que hay muchos casos de condenas, ya sea por violación a mujeres adultas, como a niños de uno y otro sexo. Pienso que la gente empezó a aprender cómo proceder en este tipo de casos, tan duros para quien lo sufre", comentó Quevedo.
Agregó que "el problema, cuando ocurre en el núcleo familiar y se detecta, explota como una gran bomba, se arma un lío fenomenal, que nadie sabe por donde terminarlo, desde el punto de vista de la familia y desde el punto de vista del profesional al que se consulta".
Desde el ámbito de la salud o desde la escuela, la consulta por el tema de los abusos sexuales "genera impacto, porque es algo muy fuerte, diferente a lo que puede ser el mal trato o los trastornos sociales que son consultados en las 47 unidades sanitarias que tenemos y a los cuales les podemos dar una solución específica, rápida, desde la óptica de la salud", refirió el médico.
"La gran sorpresa fue que después de seis meses de incorporar a esa red determinados casos hallamos un gran número que comprendían la violencia familiar, el maltrato infantil y el abuso sexual", dijo.
"Con una psicóloga de nuestra área y simplemente con la intención de lograr una mejor formación para comenzar a detectar, empezamos a informarnos desde 1998 sobre abusos deshonestos", dijo.
"Los chicos no mienten"
Afirmó que denunciar el caso para la víctima o sus padres es un proceso difícil y puso como ejemplo el caso de una madre que va a denunciar que su hija fue abusada por su padre, quien a su vez es el único sustento de la casa.
"Uno le explica a esa madre cuál es la secuencia, el proceder y qué tiene como fin. La meta quizás sea excluir al papá abusador de la casa, pero allí se quedan sin su único sustento y al evaluar las consecuencias, uno de los conceptos que prima es la retractación por el tema económico", explicó.
"La mujer se pregunta quién me alimenta a mí o a mis hijos y aunque parezca mentira, esto hace que la madre de un abusado sexualmente se retracte, que retire las denuncia o no la haga, porque dice no estoy muy segura, no sé si el chico se lo imaginó o miente", continuó Quevedo. "Pero nosotros sabemos que cuando un chico nos aporta un relato de este tipo, nunca miente, eso es una premisa fundamental", aseveró. (Télam)