El incremento de las tarifas de electricidad dispuesto por el gobierno nacional no será trasladado a los clientes cautivos de la Empresa Provincial de la Energía (EPE), que comprende a los clientes residenciales, comerciales y pymes. Así lo aseguró ayer a La Capital el interventor de la empresa provincial, Antonio Caro, aunque advirtió que las decisión final en la materia correrá por cuenta del gobernador Carlos Reutemann. Quienes sí deberán afrontar los mayores costos del fluido eléctrico serán los grandes usuarios, "porque ese sector tiene tarifas de las más baratas y allí la empresa pierde plata".
Si bien el interventor de la EPE destaca que los precios en el segmentos de grandes usuarios son de los más competitivos, admite que especialmente en el caso del comercio y de los clientes residenciales de mayor consumo los precios que cobra la EPE siguen muy por encima de los que manejan las compañías privatizadas.
"No bien tengamos el texto del decreto lo analizaremos y elaboraremos un cuadro de situación que pondremos en manos del gobernador, pero somos conscientes que con nuestros clientes cautivos tendremos que seguir haciendo un gran esfuerzo para no encarecerle las tarifas", explicó Caro.
En tal sentido, el funcionario puntualizó que en mayo pasado la compañía provincial absorbió un incremento del costo del suministro mayorista del 38 por ciento. "Nadie lo reconoce pero acá se vienen haciendo grandes esfuerzos para mantener el equilibrio, mientras que algunas empresas tienen sus ingresos en dólares y pagan salarios y tarifas congeladas; están haciendo fortunas", acotó Caro.
De todos modos, el funcionario dijo que se intentará no trasladar mayores costos que afronta la EPE a los usuarios. "Ahora hay que ver si los números nos dan, pero en última instancia si hay algún reacomodamiento debería ser imperceptible", enfatizó.
En el caso específico de los usuarios residenciales, Caro admitió que la peor parte la llevan los usuarios que consumen por encima de los 240 kilowatts por período de facturación, que es el rango de tarifas con mayor desfasaje dentro de la estructura de precios de la EPE.
La fórmula para poder mantener congelado una buena parte del cuadro tarifario pasa por conseguir una empresa más eficiente y a eso está abocada la conducción de la EPE.
La semana pasada, al poner en funciones al ministro de Obras Públicas, Edgardo Berli, el gobernador Reutemann, lo instruyó para "clavar el cuchillo a fondo" en el combate contra el robo de electricidad. Según la asociación que nuclea al personal jerárquico la EPE pierde 88 millones de pesos anuales por robos de electricidad, y se habla de la existencia de una mafia con fuertes entrelazamientos dentro de la compañía que lucra administrando la gestión del fraude.
La intervención pretende avanzar con una privatización de los servicios de recupero de la energía robada, por medio de un convenio con la regional Santa Fe de la Universidad Tecnológica nacional (UTN).
Otras alternativas de reducción de gastos que permitan mantener el equilibrio económico de la EPE pasan por el ajuste de horas extras, el congelamiento de vacantes, "la discusión de un nuevo convenio laboral y después garantizar que se aplique", según dijo Caro.
Con respecto a la posibilidad de privatizar el gerenciamiento de la empresa, una formulación efectuada por el gobernador Reutemann ante la Asamblea Legislativa el 1º de mayo último, Caro entiende a esta altura del partido que "ese será un tema que deberá quedar en manos del próximo gobierno".
G.G.
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La Ciudad
