| | cartas El precio de las cosas
| Los fenicios originarios de la actual Palestina desarrollaron en el siglo XIII a.C un gran imperio comercial. Desde sus ciudades-estados, como Tiro y Sairut, navegaron por todo el Mediterráneo y fundaron Cartago, Cádiz y otras colonias. Fueron los inventores de la moneda de metal, por supuesto de valor fijo. Más de 3.000 años duró el imperio de la moneda metálica. Tal vez vuelva. El diccionario define la moneda de varias maneras equivalentes. Por ejemplo: signo representativo del precio de las cosas, pieza de oro, plata, cobre u otros metales; sirve de medida común para el precio de las cosas y sigue sin decir, en ningún lado, que la moneda sea una variable de la economía. No lo hace porque no lo es. A la pregunta: ¿cuánto vale un kilo de pan?, se contesta, por ejemplo: dos pesos, que lleva ínsita la idea inconfundible de cantidad de unidades. Si a alguien se le ocurriera implementar que el metro patrón es una variable de la física desaparecerían las constantes y con ellas la mismísima física. Lo mismo ocurre con la economía. Sin un patrón de medida monetaria, considerando a la moneda como una variable de la economía, la ley de la oferta y la demanda carecería de significación. Se volvería confusa y arbitraria. Lamentablemente es lo que ocurre con el presente en casi todo el mundo. No deja de ser una forma de supresión del mercado, cosa que predica el comunismo. Sin sistema de medidas no se pueden estudiar las leyes naturales. Es una cuestión de fondo. El abandono del patrón oro, hace medio siglo o más, no produjo mejora alguna en las economías nacionales y/o mundiales. Si algunas han crecido es por otras causas. Por ejemplo, los grandes inventos. Ni las hiperinflaciones ni las hiperdepresiones, ni la pobreza, ni el desempleo han desaparecido por el hecho de eliminar el patrón oro. En cambio, con ello, han facilitado grandes y pequeñas devaluaciones, verdaderos flagelos de la humanidad. Que la moneda no es una variable de la economía es algo elemental ¿por qué entonces se elude la verdad? Finalmente se puede decir que: si el crecimiento depende de la confianza pública, ésta se mantendrá o será sustentable sólo con una moneda invariable. Alejandro Luis Maino
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