River despidió el año con una goleada. Si bien el equipo del chileno Pellegrini se acordó tarde de jugar bien al fútbol, al menos le sirvió para superar sin atenuantes a Racing 4 a 1 y esperar el próximo año con cierto grado de optimismo. Los goles millonarios fueron convertidos por Andrés Aimar (el hermano de Pablo), Fuertes y Cavenaghi en dos oportunidades, mientras que Diego Milito descontó para los académicos. El triunfo de River se basó en un fútbol prolijo y en algunos rendimientos individuales destacados que convivieron con las graves falencias defensivas del equipo de Osvaldo Ardiles. Mientras uno aprovechaba cada descuido defensivo, el otro era sólo empuje y poca vocación para dar vuelta la historia. Por eso a los 5 minutos Aimar bajó una pelota en el área tras un centro lanzado por Luis González desde la izquierda y con un movimiento definió con precisión ante la salida de Campagnuolo. Racing continuó su búsqueda a partir de algunas maniobras interesantes de Mariano González y Milito, pero cada vez que River cruzó la mitad de la cancha ponía en apuros al arquero académico. La inseguridad de los zagueros centrales de Racing y la mala tarea de sus laterales, sin rigor en la marca, facilitaron la tarea de River. Cerca del final de la etapa, el Bichi Fuertes estuvo a punto de marcar un golazo cuando sacó un remate desde mitad de cancha que se estrelló en el travesaño. Pero enseguida River amplió la ventaja: a los 45' otro error de la defensa local permitió que Fuertes se escapara solo y definiera con justeza ante la estéril salida de Campagnuolo. River ofreció la misma fórmula en el segundo tiempo y tuvo más facilidades para desarrollar su juego porque Racing -que luego iba a sufrir la expulsión de Adrián Bastía- ya no lucía incisivo en tratar de acortar las cifras. Entonces, la goleada millonaria se veía venir. Cavenaghi estiró el resultado con un toque frente al arco, luego de un centro de Víctor Zapata y, más tarde, marcó el cuarto en una gran acción personal en la que se sacó de encima la marca de cuatro hombres y definió al palo derecho. Sobre los minutos finales Racing logró descontar a través de Milito, pero estuvo lejos de recomponer la pálida imagen que dejó en su estadio. Al final, River desnudó sus falencias porque supo capitalizar esa ventaja. (Télam)
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