Mariano Bereznicki / La Capital
Brazos en alto y miradas apuntado hacia el cielo como muestra de agradecimiento. A ese marco hay que sumarle los cánticos antiBoca y alguna que otra lágrima derramada por algún pibe de la 8ª división de Rosario Central, que ayer tras vencer al entonces ascendente Racing por 2 a 0, terminaron primeros en el torneo Clausura junto a los xeneizes y ahora deberán verse esta semana las caras para ver cuál de los dos se queda con el título de la categoría. Tal como se preveía, aún no está dicha la última palabra porque los mejores equipos de este campeonato tendrán que medirse en un escenario neutral para dirimir por el reinado. Central encontró la llave de la victoria después de haber lidiado durante varios minutos con un difícil Racing, que llegaba a este partido con un pergamino que indicaba que había ganado los últimos seis partidos. Pero los pibes de Hijitus Gómez también tenían su propia carta de presentación. El hecho de ser uno de los mejores equipos del torneo y haber llegado a la última fecha en la primera posición, junto a Boca por cierto, era motivo más que suficiente para que Racing también tomara alguna que otra precaución. Pero por lo que exhibieron ayer uno y otro, quedó en claro que dentro de la cancha había dos objetivos totalmente opuestos. Uno, Racing, especuló agazapado en su campo, mientras que el otro, Central, salió desde el vamos con la firme convicción de ir en busca de la victoria. Central realizó un dominio total durante todo el encuentro. Antonio Yapura anuló por completo el sistema ofensivo visitante. Inclusive se animó en varias ocasiones y pisó el área rival. Ramiro Urcía fue una constante salida por el lateral izquierdo. José Herrero, cuando se juntaba con el todoterreno Maximiliano Ré, dejaba en claro que el potencial canalla era letal. También el Cachi Zelaya, Ginés Vallejo y Lisandro Silva demostraron ser muy peligrosos a la hora de generar peligro sobre el arco que defendía Torres. Los locales tenían muchos argumentos para erigirse en protagonistas. Además estaban obligados a ganar porque Boca, el otro líder, lo estaba haciendo. Fue por eso que cuando Leandro Silva fusiló al uno visitante al promediar diez minutos del complemento, los pibes se desaceleraron emocionalmente y comenzaron a tocar por el piso. Como más saben hacerlo. Y sobre el final del partido, Zelaya le bajó la persiana a este partido que ya tenía un ganador desde hacía rato. Por eso la alegría de los pibes. Porque terminaron primeros y ahora tendrán que definir ante Boca el título. Aunque para la mayoría, y más allá del resultado que puedan obtener ante los xeneizes, ellos serán sus campeones igual.
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