Año CXXXVI
 Nº 49.674
Rosario,
martes  26 de
noviembre de 2002
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La caída de Haider marca el fin del populismo de derecha
El exitoso político austríaco perdió un 17% de los votos respecto a las elecciones parlamentarias de 1999

Viena. - Su ascenso fue durante una década y media triunfal, pero el fin ha sido brutal. Joerg Haider, el populista de derecha más exitoso de Europa y el político más polémico de Austria, arroja la toalla tras la debacle de su partido, el Partido de la Libertad (FPO), en las elecciones parlamentarias celebradas el domingo en Austria.
La fuerte caída -de 27 a un 10 por ciento- de su partido, que sólo él logró hacer grande, ha afectado visiblemente a Haider, quien acostumbraba a aparecer en público con un aspecto radiante. "Un resultado horrible", diagnosticó ayer, sensiblemente abatido. "Mi necesidad de política está absolutamente cubierta", agregó.
Con su dimisión como jefe de gobierno de la región de Carintia, Haider se ha adelantado a una revuelta en su propio partido. La vicecanciller austriaca Susanne Riess-Passer, que había sido derrocada por Haider de su puesto de jefa del FPO, dijo por primera vez abiertamente lo que piensan muchos miembros de su partido. "Haider lo quiso así. Se necesitaron 13 años para construirlo todo y aparentemente sólo 13 semanas para destruirlo todo". De este modo, sin tapujos, consideró el papel de Haider en la estrepitosa caída del FPO.
De similar manera, algunos psiquiatras austríacos han intentado analizar los motivos del trabajo destructor de Haider. Este ególatra incapaz de trabajar en equipo no pudo soportar que sus exitosos discípulos le adelantaran en la carrera política. Riess-Passer, así como los también miembros del FPO Karl-Heinz Grasser, ministro de Finanzas, y Peter Westenthaler, jefe de la fracción, lograron hacerse con el reconocimiento de la población mientras Haider era considerado un "príncipe de provincias".
El análisis final es que en su propia caída en la indiferencia política a nivel nacional, Haider tuvo que arrastrar consigo al FPO, "su bebé". Parece que a este político de 52 años, que tenía una increíble habilidad para adivinar los deseos, demandas y anhelos de los ciudadanos, finalmente lo abandonó su legendario instinto político. Muchos comentaristas austríacos opinan también que sobrevaloró en extremo su magnitud e influencia.
Quien siempre apareciera a la última moda, bronceado, conduciendo un Porsche e impartiendo órdenes acabó demostrando tener muy poca capacidad de aceptar las críticas. Incluso llegó a hablar de extrañas teorías conspirativas y amenazas contra él y su familia.
Después de que el agraciado tribuno del pueblo lograra poner fin a la tradicional gran coalición de socialdemócratas (SPO) y Partido Popular (OVP) con sus sucesivos triunfos electorales, y de lograr que el FPO entrara en el gobierno con el OVP, Haider se encontraba en el cénit de su carrera política. "He completado la obra de mi vida", sostuvo entonces lleno de júbilo. "He acabado con el poderoso cartel rojinegro", afirmó en referencia a la anterior coalición. Pero apenas tres años después, ha dinamitado el gobierno que ayudó a fundar y ha llevado a su partido al mismo punto donde lo tomara en 1986. "Parece que ha acabado el fantasma populista", sentenciaba el diario Salzburger Nachrichten tras la dimisión de Haider. (DPA)



El austríaco Joerg Haider, en su peor momento.
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