Quito. - El coronel retirado y ex líder golpista Lucio Gutiérrez, que derrotó al magnate Alvaro Noboa en las elecciones presidenciales del domingo en Ecuador, llamó a la unidad nacional para satisfacer las demandas sociales y a la vez sanear la economía del país. Pero Gutiérrez enfrenta una difícil agenda: mantener vigente la dolarización, firmar un acuerdo con el FMI y el ingreso al Alca: todos temas que el militar aceptó, pero sus bases electorales repudian. Gutiérrez debe cumplir con las demandas sociales de un país con el 60% de su población bajo la linea de pobreza. Ayer los dirigentes indígenas le reiteraron su apoyo, pero recordándole que deberá cumplir con sus promesas en materia social.
Gutiérrez obtuvo el 54,40% de los votos válidos en la segunda ronda de la elección presidencial el domingo, frente al 45,57% de su rival Alvaro Noboa, computadas el 98,52% de las mesas electorales.
Lucio Gutiérrez, quien en enero del 2000 lideró una revuelta de grupos indígenas y militares que derribó al entonces presidente Jamil Mahuad (el que instauró la dolarización), enfrentará, además de los problemas antes enumerados, la oposición de los partidos tradicionales, los grandes derrotados de la elección presidencial del domingo. "Ha llegado la hora de sumar voluntades y es por eso que les invito a firmar la paz política del Ecuador; no tenemos alternativa, nos unimos o nos unimos", clamó en una conferencia de prensa. Pero el llamado a la concertación sería insuficiente para que Gutiérrez logre una base política que le asegure la gobernabilidad y el cumplimiento de sus promesas de campaña, que van desde viviendas baratas y subsidios a los agricultores hasta una reforma legislativa y judicial. Ayer aseguró que en su gabinete ministerial estarán representados todos los sectores del país, pero excluyó que el ultraizquierdista Movimiento Popular Democrático, "ni ningún partido político", vaya a ocupar la cartera educativa. Esa agrupación maoísta lo apoyó activamente durante la campaña.
"Gutiérrez llega al poder no como consecuencia de una alianza respaldada por un proyecto político. Su alianza (con los sectores indígenas y grupos de izquierda, incluido aquél partido maoísta) es electoral", explicó el analista Adrián Bonilla, de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales.
Deuda con alto riesgo de default
Gutiérrez reiteró que buscará un acuerdo con el FMI -que es visto por Wall Street como clave para evitar el default de la deuda externa- pero sin la aplicación de nuevas medidas económicas de ajuste. Ecuador fracasó en octubre en sus intentos por firmar un acuerdo con el Fondo debido a la resistencia del gobierno saliente a adoptar medidas como alzas de combustibles o recortes salariales para equilibrar las cuentas fiscales.
"Tiene que tomar medidas que políticamente son impopulares", para alcanzar el acuerdo con el FMI y equilibrar las cuentas fiscales, explicó Bonilla. "El mercado está dándole el beneficio de la duda", indicó por su parte Paul Masco, experto de la firma Salomon Smith Barney.
Pero a Gutiérrez lo espera otro desafío: apuntalar la dolarización, vigente desde el 2000 y que ha permitido a Ecuador retomar la senda del crecimiento, pero que no ha mejorado las condiciones de vida de las grandes mayorías. El 60% de la población del país -que en el 2001 registró una tasa de crecimiento de 5,6%, la más alta de América Latina- vive en condiciones de pobreza.
Y ayer mismo los militantes indígenas le recordaron sus exigencias, diciendo que también ellos serán parte del futuro gobierno. "Lucio tiene que ser consecuente consigo mismo, con sus aliados y el pueblo en general. Debe poner las bases concretas para salir de la crisis económica, política y social", enfatizó Miguel Lluco, del movimiento Pachakutik, brazo político de la poderosa Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador. Y remarcó que los nativos serán corresponsables de la nueva administración que se iniciará el 15 de enero próximo, "sin que necesariamente haya algún indio en un ministerio". Pero el presidente de la Confederación, Leonidas Iza, advirtió que "vamos a actuar estando en el gobierno, controlando que haya disciplina y que se cumplan las aspiraciones del pueblo olvidado y excluido". (Reuters y Télam)
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