Avellaneda. - Vientos huracanados, granizo y lluvia cambiaron la fisonomía de una amplia zona del norte provincial. El meteoro alcanzó su mayor intensidad en las primeras horas del lunes cuando las ráfagas superaron los 80 kilómetros por hora. No hubo víctimas pero techos, viviendas y cultivos llevaron la peor parte.
La ciudad correntina de Goya quedó sin comunicación, y mantenía informada a su población por una radio santafesina. La más afectada fue la parte norte del distrito Avellaneda, donde la tormenta segó campos de girasol, algodón, maíz y sandías.
El efecto se notó aún más en la zona denominada de La Costa. Volaron techos y cedieron viviendas. El viento también dobló chapas, tinglados y carteles. También hubo cables caídos y la vegetación resultó trillada.
Los productores relataron con crudeza las pérdidas que sufrieron. "No nos quedó nada, esto fue un desastre", dijeron en el paraje El Timbó a los medios de comunicación del lugar, señalando galpones destrozados y hasta un molino caído.
También en la zona hubo postes de alumbrado derrumbados por el viento lo que provocó la interrupción del suministro de energía eléctrica.
En declaraciones a Radio Amanecer, el secretario de Servicios Públicos de Avellaneda, Omar Biasioli, describió la situación en La Costa y El Timbó, los sitios más afectados, donde se levantará el puente Santa Fe-Corrientes. "Es increíble lo que hizo el viento en pocos minutos, en esta zona está todo destrozado", comentó. Una escuela del lugar debió suspender las clases porque se derrumbó el depósito de agua.
En Reconquista, los mayores inconvenientes los causaron los desagües. Por esta situación debieron realizar cortes en dos alcantarillas por trabajos viales que habían quedado inconclusos, para evitar anegamiento en algunos barrios. A las 7 de ayer, la lluvia había acumulado unos 120 milímetros en esta ciudad.
En Ceres
En los últimos minutos del domingo un viento huracanado con ráfagas de hasta 130 kilómetros por hora castigó duramente a la ciudad de Ceres, población de unos 20 mil habitantes ubicada en el departamento San Cristóbal. El fenómeno duró unos cinco minutos y provocó el inmediato corte de luz eléctrica y líneas telefónicas, además de la voladura del techo de una iglesia, de unas 15 viviendas y de chapas de una escuela.
Centenares de árboles y ramas caídas se podían ver ayer en la ciudad, principalmente en las plazas. Pasado el mediodía de la víspera se restableció el servicio eléctrico en una parte de la localidad, pero casi la mitad del casco urbano permanecía sin servicio al cierre de esta edición.
Luego del viento, la precipitación registrada llegó a los 100 milímetros en un par de horas, pero no hubo evacuados.
En la tarde de ayer, concejales y funcionarios municipales y provinciales recorrieron ayer la ciudad para evaluar daños del fenómeno meteorológico.